Prince vuelve con nuevo álbum


Adulado por sus seguidores y quebradero de cabeza para la industria discográfica, el cantante estadounidense Prince vuelve a la carga con un nuevo álbum, «Planet Earth», del que regaló tres millones de copias y entonó un adelanto en el festival de jazz de Montreux, en Suiza, al que acudió por sorpresa.


Fiel a su estilo inconformista y anárquico, el artista de Minneapolis, que lleva pisando los escenarios del mundo entero desde hace 30 años, todaví­a guarda la capacidad de sorprender y remover las aguas del mundo artí­stico.

En un momento en que la industria discográfica y sus artistas se ven amenazados por la piraterí­a y tratan a toda costa de proteger los álbumes antes de su salida al mercado, Prince decidió regalar nada más y nada menos que tres millones de copias de su «Planet Earth», a la venta el próximo martes.

El CD, que contiene 10 canciones de tendencia pop, fue ofrecido el pasado domingo a los lectores del diario británico Mail on Sunday.

«Se trata de ’marketing’ directo y no tengo por qué formar parte del negocio especulativo de la industria discográfica», defendió el cantante de 49 años, autor de tí­tulos que pasaron a la categorí­a de leyenda como «Purple Rain», «Kiss» o «Sign O’ The Times».

Este guiño a sus admiradores se reproducirá durante el maratón de 21 conciertos que Prince ofrecerá entre agosto y septiembre próximos en Londres, en los que distribuirá copias gratuitas de su último trabajo.

Aunque algunos ven «un golpe magistral» de ’marketing’ en esta inusitada iniciativa, la industria discográfica no parece dispuesta a dejar pasar un nuevo desplante del estadounidense.

Y es que sus desavenencias con la industria vienen de lejos. A finales de los 90, el cantante rompió su contrato con la discográfica Warner y dejó de utilizar el nombre de Prince para llamarse The Artist, una provocación que llevó al extremo de inscribirse el vocablo «esclavo» en la mejilla.

«Es un insulto para todas las tiendas de discos que han apoyado a Prince a lo largo de toda su carrera», declaró el copresidente de la Asociación británica de Minoristas de Entretenimiento, Paul Quirk, al referirse a la distribución de copias gratuitas.

«El Artista antes conocido como Prince deberí­a saber que con un comportamiento como éste pronto se convertirá en el Artista Antes Disponible en las Tiendas de Discos», amenazó este responsable.

Imperturbable, este rey absoluto de su propio imperio apenas tardó 24 horas en volver a agitar el mundo de la música.

Mantenida en secreto hasta tres dí­as antes, la presencia de Prince el pasado lunes en el célebre festival de jazz de Montreux, sacudió la localidad suiza, en cuyo auditorio Stravinski se formaron colas interminables de seguidores dispuestos a pagar precios superiores a los 600 euros en la reventa.

Poco habitual de los festivales europeos, el cantante llegó y ordenó: nada de fotos, de grabaciones de audio, de prensa, de pantallas gigantes.

Sólo quiso a su público, al que encandiló con un recital en el que no faltaron clásicos como «Purple Rain», el primer single de «Planet Earth», «Guitar», o versiones de himnos como «Come together» de los Beatles o «What a wonderful world» de Louis Armstrong.

Vestido de rojo, con gafas oscuras y enfundado en un sombrero, Prince tocó y cantó durante tres deliciosas horas para los complacidos oí­dos de los 4.000 espectadores, algunos de los cuales fueron invitados a subir al escenario.

Sus fans esperan ahora con ansiedad su próxima campanada, cuya idea en cambio hace temblar a la industria sólo con pensarlo.