Japón temía hoy una posible penuria de electricidad en Tokio durante la temporada estival tras el cierre por varios meses de su mayor central nuclear, dañada el lunes por un violento sismo.
Según la prensa, la central de Kashiwazaki-Kariwa (8.212 megavatios), que alimenta la capital japonesa (20 millones de habitantes), podría cesar toda actividad durante al menos un año.
Esta hipótesis es aún más probable después de que Tokyo Electric Power (Tepco), la mayor compañía eléctrica del mundo, que explota la central, reconociera que se detectó un nuevo escape radiactivo en la instalación.
El miércoles se localizaron partículas radiactivas en un filtro de uno de los siete reactores de la central y se derramó una pequeña cantidad de agua radiactiva de una tubería.
No hay ningún riesgo ni para la salud ni para el medio ambiente, según Tepco.
Kashiwazaki-Kariwa está a nueve kilómetros del epicentro del sismo de 6,8 grados en la escala de Richter que dejó 10 muertos, un millar de heridos y destruyó o dañó 2.000 edificios en la región de Niigata (centro).
El sismo provocó un incendio en la central y causó un derrame de 1,2 metros cúbicos de agua ligeramente radiactiva en el Mar de Japón.
Un total de 438 toneles de acero herméticos destinados a guardar prendas irradiadas se volcaron durante el terremoto y algunos se abrieron.
La central nuclear, que no fue concebida para resistir un sismo tan potente, fue cerrada indefinidamente por las autoridades para llevar a cabo una investigación.
El gobierno japonés estudia la posibilidad de mantenerla cerrada durante al menos un año, reveló el jueves el diario económico Nikkei.
Tokio no confirmó esta información pero según un funcionario de Kashiwazaki, la instalación permanecerá cerrada durante todo el verano, época de fuerte calor en la que el consumo eléctrico alcanza picos debido al uso del aire acondicionado.
Los daños sufridos por la central «carecen de precedentes y es difícil prever cuando podrán reanudarse las operaciones», declaró Osamu Oshima, un jefe de los bomberos.
«Se necesitarán probablemente varios meses o más», estimó.
Si se demuestra que la estructura de la central debe reforzarse, estará fuera de servicio «mucho más de un año», afirmó el Nikkei.
Además, la fábrica de Kashiwazaki-Kariwa fue al parecer construida justo encima de una falla activa.
La compañía Tokyo Electric Power pidió ayuda a sus competidores para responder a las enormes necesidades eléctricas de la capital, 250 km más al sur.
«Haremos lo que podamos para garantizar un suministro regular de electricidad recurriendo a nuestras centrales térmicas, pero probablemente tendremos que pedir a nuestros clientes que ahorren energía», afirmó un portavoz de Tepco.
Japón, un país con escasos recursos naturales, depende en un 35% de la energía nuclear para su electricidad pero también está situado en una zona de alto riesgo sísmico.
El portavoz del gobierno, Yasuhisa Shiozaki, ordenó «verificaciones profundas» de las condiciones de seguridad de los 55 reactores nucleares de Japón.
«Debemos estudiar normas antisísmicas analizando las consecuencias de este sismo que sorprendió por su potencia», abogó.