Brasil: restos de expresidente Goulart, recibidos con honores


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Los restos del derrocado presidente brasileño Joao Goulart fueron recibidos hoy con honores militares en el aeropuerto de Brasilia, en presencia de autoridades y exmandatarios, antes de que muestras del cuerpo sean sometidas a pruebas de laboratorio para investigar la posibilidad de que haya sido asesinado por envenenamiento.

Por MARCO SIBAJA, BRASILIA Agencia AP

El ataúd con los restos de Goulart, depuesto el 31 de marzo de 1964 en una acción que marcó el inicio de 21 años de dictadura militar, fue saludado con 21 salvas de cañón y desfiló frente a tropas de las tres fuerzas armadas, un ritual reservado para jefes de Estado.

Familiares del expresidente, muerto el 6 de diciembre de 1976, en Mercedes, Argentina, participaron de la ceremonia y varios de ellos lloraron de emoción durante el evento. También estuvieron los expresidentes José Sarney, Fernando Collor y Luiz Inácio Lula da Silva.

«Hoy es un día de encuentro de Brasil con su historia. Como jefe de Estado participo de la recepción de los restos mortales de Joao Goulart, único presidente que murió en el exilio en circunstancias que deben ser aclaradas», escribió la presidenta Dilma Rousseff en su cuenta de Twitter.

«Esta ceremonia que el Estado brasileño promueve con la memoria de Joao Goulart es una afirmación de nuestra democracia, una democracia que se consolida con este gesto histórico», agregó la mandataria, quien en su juventud integró una guerrilla que combatió al régimen militar que depuso al expresidente homenajeado.

La investigación de los restos del expresidente busca determinar la posible responsabilidad en su muerte del llamado Plan Cóndor, la alianza entre los regímenes militares sudamericanos de la época.

En el caso de Goulart, conocido popularmente como Jango, la sospecha es que militares uruguayos habrían colocado veneno en alguno de los remedios que el expresidente tomaba durante su exilio en Argentina; aunque la versión oficial es que sufrió un ataque cardíaco.

En uno de los momentos más emotivos de la ceremonia, la viuda del expresidente, Maria Teresa Goulart, acompañada de la presidenta Rousseff, colocó una ofrenda floral sobre el cajón y recibió como obsequio la bandera que lo cubría a su llegada a Brasilia.

Los restos de Goulart fueron exhumados en el cementerio de la ciudad sureña de Sao Borja, en la frontera con Argentina, en una operación que se extendió por 18 horas y que contó con la participación de especialistas de Argentina, Cuba y Uruguay, con observadores de la Cruz Roja, institución que también participó en la exhumación del exgobernante chileno Salvador Allende y el poeta Pablo Neruda.

Tras la ceremonia, el cajón con los restos del exlíder brasileño fue trasladado al Instituto Nacional de Criminalística que hará investigaciones antropológicas y tomará muestras que se enviarán a laboratorios en el exterior para analizar el posible envenenamiento.

Según la Secretaría de Derechos Humanos, las muestras serán enviadas a laboratorios en diferentes países que no fueron identificados para no comprometer los resultados, que serán comparados una vez conocidos.

Los especialistas en el exterior deben buscar trazos de los remedios utilizados por Goulart, además de sustancias que podrían haber causado el envenenamiento.

Para Joao Vicente Goulart, hijo del expresidente, la investigación de la muerte de su padre es un compromiso con la historia de Brasil.

«Estamos rescatando un compromiso con la historia nacional, rescatando aquello que la dictadura omitió por muchos años en este país. El golpe de 1964 no fue un golpe contra Jango, fue un golpe contra el pueblo brasileño», sostuvo.