La negociación con la guerrilla de las FARC se volvería inviable si se llega a probar la hipótesis de que una facción de ese grupo guerrillero estaba preparando atentados en contra del ex presidente Alvaro Uribe y del fiscal general de la Nación, afirmo el miércoles Humberto de la Calle, jefe del equipo negociador del gobierno en el proceso de paz con los rebeldes.
Oficialmente se informó el martes que organismos de inteligencia del Estado habían detectado un plan de la columna «Teófilo Forero» de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia para atentar en contra de Uribe, y del fiscal general Eduardo Montealegre.
«Una hipótesis como esa… es absolutamente inaceptable, esa hipótesis destruiría por completo la viabilidad del proceso, precisamente si en La Habana hemos hablado de tolerancia, de pluralismo, de garantías», aseguró De la Calle durante un foro en una universidad del centro de Bogotá.
«Estamos hablando en serio: las FARC deben brindar garantías de no agresión ni estigmatización y no sólo exigirlas… No debemos olvidar que el propósito de las conversaciones es lograr que estas amenazas desaparezcan de la faz de Colombia», agregó De la Calle.
Negociadores del gobierno y de la guerrilla desde hace más de un año realizan un diálogo de paz, que tiene como sede La Habana, Cuba.
En la jornada, Uribe dijo a los reporteros que le preocupaba los altos costos que le genera al Estado su esquema de seguridad que, según el gobierno, es de unos 300 escoltas. «Yo soy un hombre de austeridad», enfatizó el ex jefe de Estado (2002-2010).
En tanto, el vicepresidente Angelino Garzón repudió los hechos y dijo que cualquier ataque contra Uribe o el Fiscal es un golpe a la paz de Colombia «y contra el deseo de paz del presidente Juan Manuel Santos».
Afirmó que lo denunciado «es un verdadero saboteo a la paz por parte de la guerrilla de las FARC».
En 2002, cuando estaba en campaña para la Presidencia, Uribe salió ileso de un ataque por parte de los rebeldes en Barranquilla, a 700 kilómetros al norte de Bogotá.
Cuando el 7 de agosto de 2002 Uribe se posesionó como presidente, la guerrilla atacó con morteros artesanales la sede de gobierno pero, al final, los artefactos explosivos cayeron en las cercanías del palacio y más de 20 personas murieron.
En febrero de 2003, las FARC instalaron explosivos en una casa ubicada cerca del aeropuerto de la ciudad de Neiva, a 240 kilómetros de la capital colombiana, por donde cerca debía pasar el avión presidencial. En esa oportunidad Uribe también salió ileso.
En su gobierno, el ex mandatario, de 61 años, arremetió militarmente contra la guerrilla, les propinó algunos de los más duros golpes y logró su repliegue.
Uribe es acompañado por escoltas desde que en 1984 un comando guerrillero asesinó a su padre Alberto Uribe Sierra en una finca del departamento de Antioquia.
La Columna Teófilo Forero, creada en 1993 y al mando desde entonces de Hernán Darío Velásquez, de 50 años y alias «el Paisa», ha sido responsabilizada por las autoridades de atentados como el ocurrido en febrero del 2003 en un club del norte de Bogotá con un saldo de 36 muertos, y en diciembre del 2009 el secuestro y asesinato del gobernador del sureño departamento de Caquetá, Francisco Cuéllar.
Comandantes de las FARC en La Habana no se han pronunciado sobre la denuncia de los planes de atentados atribuidos a una de sus columnas. En contadas ocasiones la jefatura de la guerrilla se atribuye hechos o reclaman su autoría.
En mayo del 2012, el ex ministro del Interior Fernando Londoño (2002-2003) sufrió heridas leves en un atentado a su auto blindado en una vía del norte del Bogotá, pero dos de sus escoltas fallecieron en la explosión, inicialmente atribuida a la unidad Teófilo Forero.
El ex ministro, uno de los más cercanos aliados de Uribe, ha dicho que el atentado en su contra fue ordenado por los rebeldes debido a que también es uno de sus acérrimos críticos.