Funcionarios de educación en Pakistán dijeron el domingo que prohibieron el libro de la adolescente activista Malala Yousafzai en las escuelas privadas de todo el país, alegando que no demuestra suficiente respeto por el Islam y lo calificaron de herramienta de Occidente.
Malala captó la atención mundial el año pasado cuando los talibanes les dispararon en la cabeza en el noroeste de Pakistán por criticar la interpretación que hace el grupo sobre el Islam, que limita el acceso de las niñas a la educación. Su imagen se ha hecho más conocida desde entonces y en octubre publicó su autobiografía, «I am Malala» (Soy Malala) que fue escrita en colaboración con la periodista británica Christina Lamb.
A la vez que Malala se ha convertido en la heroína para muchos en todo el mundo por oponerse al Talibán y por defender la educación para las niñas, varias teorías han surgido en Pakistán de que su intento de asesinato fue premeditado con el objeto de crear una heroína para que sea aceptada en Occidente.
Adeeb Javedani, presidente de la Asociación de Administración de Todas las Escuelas Privadas de Pakistán, dijo que su grupo prohibió el libro de Malala de las librerías en sus 40.000 escuelas afiliadas e instó al gobierno para lo prohibiera de sus programas de estudios.
«Todo sobre Malala ahora se está aclarando», destacó Javedani. «Para mí, ella representa a Occidente, no a nosotros», agregó.
Kashif Mirza, presidente de la Federación de Todas las Escuelas Privadas, dijo que su grupo también prohibía el libro de Malala en sus escuelas afiliadas.
Malala «era una modelo para los niños, pero su libro la ha hecho controvertida», destacó Mirza. «A través de su libro, se ha convertido en una herramienta en las manos de las potencias occidentales».
Afirmó que el libro no mostraba suficiente respeto por Islam porque mencionaba el nombre del profeta Mahoma sin la abreviación PUH «la Paz esté con él», tal como se acostumbra en muchas partes del mundo islámico. Asimismo menciona favorablemente al autor Salman Rushdie, quien provocó la indignación de muchos musulmanes con su libro «Los versos satánicos» y a los ahmadis, miembros de una secta minoritaria que ha sido declarada no musulmana bajo la ley paquistaní.
Las teorías de una conspiración alrededor de Malala reflejan el nivel de influencia que los islamistas simpatizantes del Talibán tienen en Pakistán.
Millones de niños asisten a escuelas privadas por el mal estado del sistema público en el país.