Un juez concedió el lunes la libertad bajo fianza al ex presidente paquistaní Pervez Musharraf en un caso relacionado con la muerte de un clérigo radical, lo que pondría fin a más de seis meses de arresto domiciliario, dijo su abogado.
Musharraf, aquejado de problemas legales desde que regresó a Pakistán en marzo tras años de exiliarse voluntariamente, había obtenido ya la libertad bajo fianza en otros tres casos. Sin embargo, sigue teniendo prohibido salir del país, informó su abogado Ilyas Saddiqi.
Saddiqi indicó que a Musharraf se le concedió la libertad bajo fianza ante la falta de pruebas que demuestren su participación en la muerte de un clérigo radical, fallecido en el allanamiento de una mezquita de Islamabad en el 2007. No fue posible contactar a la fiscalía para que formulara comentarios al respecto.
Musharraf ordenó el allanamiento de la Mezquita Roja después que los estudiantes de esa institución comenzaron a amedrentar los comercios de masajes, las tiendas de la capital que vendían música y otros blancos que en su opinión promovían la vulgaridad. La gente parapetada en la mezquita luchó durante días.
El asalto terminó con casi 100 muertos, incluidos 10 efectivos militares. El ejército agregó que incautó un gran alijo de armas en la mezquita al concluir la operación.
El incidente dañó gravemente la reputación de Musharraf en el país y le granjeó el odio de los islamistas, que lanzaron ataques punitivos tras el allanamiento. El caso se deriva de una denuncia presentada por el hijo del clérigo que murió en el asalto. El hijo pidió que Musharraf fuera investigado, pero la policía se negó hasta que un juez de Islamabad ordenó la apertura del caso a principios de septiembre.
Saddiqi afirmó que la fianza otorgada el lunes significa que Musharraf debería quedar en libertad de salir de su domicilio en las afueras de Islamabad, donde se encuentra bajo arresto domiciliario desde abril.
Los otros casos que encara están relacionados con su presunta participación en el asesinato de la ex primera ministra paquistaní Benazir Bhutto, la muerte de un líder separatista baluchi a manos del ejército y la detención de jueces paquistaníes.
Musharraf, de 70 años, se hizo con el poder en un golpe de 1999 cuando era jefe del ejército y gobernó el país durante casi una década. Tuvo que dimitir en el 2008 en respuesta a la creciente presión de un público descontento con su mandato. Salió de Pakistán poco después.
Regresó del exilio en marzo con la intención de presentarse a las elecciones nacionales, pero de inmediato se ordenó su detención por los casos pendientes. Además, un tribunal le prohibió aspirar a cargo público alguno el resto de su vida. Su partido político tuvo un mal desempeño en los comicios de mayo.
La imagen de Musharraf ante la acción de la justicia como cualquier otro ciudadano paquistaní ha sido sorprendente en un país en el que los militares han dado tres golpes de Estado y ejercen un enorme poder incluso bajo gobiernos civiles. El jefe del ejército paquistaní aconsejó a Musharraf que no regresara, pero no le hizo caso.
Por razones de seguridad, se encuentra bajo arresto domiciliario en su lujosa villa en un suburbio de Islamabad en lugar de una cárcel. Las fuerzas de seguridad paquistaníes protegen la villa desde que el Talibán la amenazó.