¿Es válido el diezmo religioso? 3 de 3


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Se han expuesto varias citas que prueban bíblicamente los orígenes del diezmo conforme a la Ley de Yahvé o Jehová, quien utilizó a Moisés para transmitir sus leyes a quien originalmente fue su pueblo: Israel. También se expusieron citas del Nuevo Testamento, donde se hace evidente que a través del Nuevo Pacto que hizo Dios con la humanidad por medio de Jesús, la Ley anterior quedó abolida por la muerte, sangre y resurrección de Jesucristo.

Roberto Arias


Gálatas nos dice: 3:10 “Quienes ponen su confianza en la ley de Moisés, están bajo maldición, porque la escritura dice: Maldito sea el que no cumple fielmente todo lo que está escrito en la ley.” 3:13 “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero),” 3:14 “para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.”

El diezmo pertenece a la ley de Moisés que es el viejo pacto, débil, inútil, imperfecto, bajo maldición, que tiene que desaparecer, y que ha sido cancelado con la muerte de Jesús en la cruz y la llegada del Espíritu Santo el día de Pentecostés. Fue un pacto hecho con el pueblo de Israel, no con nosotros. El pacto de Dios no es un bazar espiritual donde uno puede escoger lo que más le gusta, tampoco se puede mezclar uno con otro como quien hace un coctel de frutas. No se puede cumplir una cosa y dejar otra porque se hace culpable de todo lo demás.

Gálatas también nos dice: 5:2 “He aquí, yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo.” 5:3 “Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley.” 5:4 “De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.”

Jesús nos advirtió en Mateo: 5:18 “Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.”  Todo se cumplió con Su muerte, el derramar Su preciosa sangre, y el rasgamiento del velo. Mateo nos narra, 27:50 “Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu.” 27:51 “Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron”.

Así como una sala de operaciones es un lugar muy especial, totalmente incontaminado porque funciona adentro, pero aparte del hospital, para el delicado deber de salvar vidas humanas; el lugar Santo dentro del templo era un lugar similar.

Estaba totalmente limpio, era el lugar más sagrado de la Tierra. Era prohibido entrar, con excepción del sumo sacerdote, y solo podría entrar una vez al año, en el día de la expiación. Un velo de paño grande separaba el Lugar Santo del resto del templo. Cuando Jesús murió, esa cortina fue rasgada de arriba abajo (Mat. 27:51). El velo había advertido: «¡manténgase afuera!» pero el Velo rasgado anunciaba abiertamente: «¡Pasen adelante!», puesto que la sangre de Cristo nos limpió de toda la contaminación del pecado, estamos libres ahora para entrar con toda confianza.

1ª de Pedro dice: 1:18 “sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, 1:19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación”.

Me cuentan que el pastor de una mega-iglesia inicia la construcción del Mall más grande de Centro América en Ciudad San Cristóbal. ¿Cree usted que esa es la voluntad de Dios? Dios es Espíritu, no necesita dinero.

Si un cristiano fiel desea ayudar a su pastor para que viva con dignidad, es viable que ofrende conforme a su capacidad; puede hacer con su dinero lo que le plazca. Pero dice Gálatas 3:10 que quien cumple la Ley de Moisés es maldito. Eso incluye al diezmador y a quien lo exige, porque la Ley les desliga de Cristo y de la Gracia.