Fotogalería: Pobres luchan por sobrevivir en Gaza


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Salih Alwadiya es uno de los residentes más pobres de la Franja de Gaza. La vivienda de este hombre de 61 años consiste en una cocina, varias habitaciones pequeñas y un espacio para jaulas llenas de pájaros y gansos.

Por ADEL HANA CIUDAD DE GAZA /Agencia AP

Muchos de los 20 hijos que tuvo con tres esposas viven con él junto a una planta de tratamiento de aguas residuales. En total, más de 50 personas viven en un área muy reducida.

Su único medio de transporte es un carrito tirado por un burro, ya que su motocicleta dejó de funcionar. El techo de la vivienda está hecho con metales de chatarra, por lo que cuando quiere protegerse del sol quemante se mete en la jaula de los pájaros.

«Cuando hay cortes de luz, lo que ocurre todos los días, me acuesto frente a la jaula», cuenta Alwadiya. «De día nos acosan las moscas, de noche los mosquitos».

Si bien Gaza siempre ha sido pobre, las condiciones de vida en este territorio densamente poblado junto al mar han empeorado desde que militantes de Hamas tomaron el poder en el 2007. Israel, que considera a Hamas una organización terrorista, y Egipto impusieron un boleo que limita severamente las importaciones y exportaciones. El bloqueo ha sido suavizado un poco, pero la economía sigue estancada.

Aproximadamente el 70% de los 1,7 millones de personas que viven en la zona dependen de asistencia financiera y el producto bruto interno, que mide la actividad económica, es hoy inferior al de 1994, según la Oficina Central de Estadísticas de Palestina. Casi la mitad de la población vive en la absoluta pobreza, o con menos de dos dólares diarios, según la definición de las Naciones Unidas.

Como ocurre con frecuencia en Gaza, Alwadiya, el patriarca de la familia, trabajaba como obrero en Israel. Los israelíes, no obstante, hace rato que prohibieron el ingreso de la gente de Gaza para trabajar. Alwadiya, quien perdió su pierna derecha en un accidente automovilístico cuando era niño, resultó herido durante un ataque aéreo israelí en el 2008. Perdió su trabajo como guardia hace siete meses y no ha vuelto a conseguir empleo.

La familia gana muy poco dinero vendiendo huevos. La mayor parte de su comida y de sus vestimentas son donadas. La esposa de Alwadiya, Handoma, de 54 años, sufre de hipertensión y Alwadiya teme que sus nietos se enfermen por jugar cerca de las aguas residuales.

«Todos los días tenemos esa pestilencia que viene de la basura y de las aguas residuales», afirma.

Una nuera de Alwadiya, Ibtisam, vive en una pequeña habitación con su esposo y tres hijos pequeños. Dice que estimula a los niños para que estudien y puedan aspirar a una vida mejor. «Esa es nuestra prioridad», manifestó.

Ofrecemos una galería de imágenes del fotógrafo de AP Adel Hana sobre la vida de algunos de los residentes más pobres de Gaza.