El floreciente negocio del monocultivo


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Hace dos semanas me referí al estudio hecho por el equipo de El Observador denominado, “Palma africana enraizándose en las tierras de Ixcán”, el estudio citado, muestra con abundante información, lo floreciente que resulta el negocio del monocultivo para los capitalistas locales y extranjeros que en base al despojo de tierras de pequeños productores, siguen acaparando más terrenos y extendiendo la frontera agrícola hacia todos los confines del territorio, con tal de satisfacer la demanda del mercado, en particular la que se refiere a la producción de agrodiésel obtenido de la palma africana.

Factor Méndez Doninelli


Sostiene el estudio referido que la empresa Palmas del Ixcán, para la extracción del aceite tenía proyectada la construcción de una planta que empezaría a operar en el año 2010 y otra planta de producción de agrodiésel para ser exportado a Estados Unidos.

Cito fragmentos del estudio: “Las metas de producción anual se cifraban en 196,000 toneladas de aceite de palma –más de lo que producen juntas todas las empresas del sector actualmente–; 16.000 toneladas de aceite de palmiste; 24,000 toneladas de harina de palmiste; y 521.740 quintales de alimento animal que se vendería en la zona. Todo ello la convertiría en la segunda mayor productora y exportadora de aceite de palma de Guatemala.”

El plan original se vio afectado por la retirada de los capitales estadounidenses lo que provocó que Palmas de Ixcán quedara únicamente en manos de NaturAceites, dando lugar a un cambio drástico en las circunstancias como por ejemplo, grandes dificultades económicas y limitaciones para adquirir más tierras para el cultivo.

Asegura el estudio que en la actualidad, la empresa cuenta con 4,600 hectáreas en propiedad adquiridas en el área de Tierra Blanca en el municipio de Sayaxché en Petén; y en el municipio de Ixcán en Quiché; más 2,100 hectáreas adicionales de producción bajo contrato en plantaciones de productores independientes. Estas cifras están significativamente por debajo de las metas proyectadas, y luego de haber planteado convertirse en la mayor productora y exportadora de aceite de palma de Guatemala, ha quedado entre las más pequeñas. Este cambio es percibido por los actuales responsables de la empresa como una necesidad de adaptarse, y la principal preocupación en este momento es alcanzar un volumen de producción suficiente para rentabilizar la inversión en la planta extractora ubicada en Rubelsanto, que se prevé podría empezar a producir en el 2013, tres años más tarde de lo previsto inicialmente.

Dadas las dificultades para comprar nuevas tierras, es importante para la empresa incorporar a más productores independientes al sistema de producción bajo contrato. En esa ruta, Palmas de Ixcán esperaba que a partir de abril del presente año, pudiera comercializar el aceite a nivel nacional y exportar hacia los mercados mexicano y salvadoreño. En principio no exportaría a Estados Unidos, salvo a través de comercializadoras internacionales como Cargill y ADM.

Por ahora, ha iniciado actividades para “ganarse la licencia social” de las comunidades, con la expectativa de expandir sus operaciones productivas y de inmovilizar la protesta de los afectados. 

Este año, Palmas del Ixcán inició la compra de fincas grandes, medianas y pequeñas en los municipios de Sayaxché, en El Petén, en Ixcán, Quiché, en Rubelsanto y Cobán, en Alta Verapaz. Principalmente se concentró en la vega del río Chixoy. Para acaparar más tierra, la empresa recurrió a los Consejos Comunitarios de Desarrollo (COCODES), a los cuales ofreció pagar comisiones si convencían a los pequeños y medianos propietarios a que vendiesen sus tierras. Con esas y otras acciones perversas, se han apropiado de grandes extensiones de tierra.

En otro orden de ideas, denuncio que en Petén, las operaciones de la refinería de la empresa Perenco, están provocando daños a la salud de los pobladores del municipio de La Libertad y comunidades aledañas.