Nueva masacre en Irak


Situación. Pese al plan de seguridad, Irak se encuentra sumido en una crisis social.

Casi 30 aldeanos murieron tiroteados cerca de Bagdad en una nueva masacre cometida en Irak este martes, al dí­a siguiente de un mortí­fero atentado que dejó por lo menos 84 muertos en la septentrional ciudad de Kirkuk.


Individuos que llevaban uniformes del ejército iraquí­ mataron a balazos a 29 hombres, mujeres y niños de una aldea en la provincia de Diyala, al nordeste de la capital, dijo un portavoz militar iraquí­.

Estos hombres irrumpieron en Duwailiyah durante la noche del lunes y llevaron a cabo «un ataque terrorista», declaró a la AFP el coronel Raghib Radhi al Omairi.

En Bagdad, una persona murió y otras cuatro resultaron heridas al estallar un coche bomba en un estacionamiento cerca de la embajada de Irán, según los servicios de seguridad.

Ese estacionamiento público del centro de la capital, utilizado a menudo por visitantes de la representación iraní­, ya habí­a sido blanco de varias explosiones de coches bomba.

Por otra parte, al menos siete personas murieron el martes en un atentado suicida con coche bomba cerca de una patrulla del ejército iraquí­ en el centro de Bagdad, anunciaron fuentes de seguridad y médicas.

Estos nuevos actos de violencia en Bagdad y su región tuvieron lugar cuando los habitantes de Kirkuk (norte) se disponí­an a enterrar a las 84 ví­ctimas del atentado del lunes.

Además de ese atentado con camión bomba que dejó un cráter de siete metros, otros dos vehí­culos estallaron en esta gran ciudad multiétnica petrolera del norte del paí­s, dejando en total un muerto y cuatro heridos.

Decenas de hombres se dirigí­an a la morgue para llevarse cadáveres y transportarlos en camiones o en taxis, junto a mujeres que lloraban la desaparición de sus seres queridos.

Según los habitantes, este atentado, el más mortí­fero de los que se han producido en Kirkuk, incrementará las tensiones étnicas. Los dirigentes kurdos quisieran que su ciudad formase parte de la región autónoma del Kurdistán, a lo cual se oponen enérgicamente los árabes y los turcomanos.

«La catástrofe de ayer no tiene precedentes. Los cuerpos mutilados nos dejaron atónitos. Después de todo, somos seres humanos», afirmó un policí­a, Aras Ghafur.

«Â¿Qué podemos hacer ante un kamikaze que viene a suicidarse junto a inocentes? El desafí­o es gigantesco y la situación es difí­cil», agregó este policí­a.

Estas explosiones «están destinadas a incitar a la población de Kirkuk a la violencia interconfesional», dijo por su parte un dignatario religioso, el jeque Ismail al Hadidi.

El embajador de Estados Unidos, Ryan C. Crocker, y el general David Petraeus, comandante de las fuerzas norteamericanas en Irak, condenaron esos atentados y presentaron sus condolencias a las familias de las ví­ctimas.

«Este ataque es otro ejemplo de la naturaleza del enemigo y de su utilización ciega de la violencia para matar a inocentes. Este tipo de violencia mina el proceso de reconciliación y de reconstrucción vital para la población iraquí­», indicaron en un comunicado.

«La catástrofe de ayer no tiene precedentes. Los cuerpos mutilados nos dejaron atónitos. Después de todo, somos seres humanos.»

Aras Ghafur, policí­a iraquí­.