Ocho personas, seis civiles y dos guardaespaldas de un gobernador, murieron y el jefe de la policía de una provincia vecina a la de Kabul resultó herido en una serie de ataques en el este de Afganistán, anunciaron este domingo las autoridades afganas.
En la provincia de Paktika, cinco obreros que se dirigían a su trabajo a bordo de un vehículo por un camino en construcción fallecieron el domingo y otros dos quedaron lesionados por la explosión a control remoto de un artefacto, afirmó el jefe de la policía provincial, Sardar Mohamad Zazi, quien responsabilizó del ataque a talibanes.
En la misma provincia, cohetes lanzados desde Pakistán y que tenían como objetivo una base de la fuerza de la OTAN cayeron sobre casas en el distrito de Bermal -fronterizo con zonas tribales paquistaníes-, lo que causó la muerte de un civil y dejó heridos a otros tres, informó el gobernador provincial, Mohamad Akram Khepelwak.
En la vecina provincia de Paktia, el jefe del distrito de Showak «volvía a su domicilio el sábado por la noche cuando fue víctima de una emboscada que se saldó con el fallecimiento de dos de sus guardaespaldas», dijo a la AFP Ghulam Dastagher, jefe adjunto de la seguridad en la provincia, quien declaró que el jefe del distrito quedó lesionado.
En la provincia de Laghman, vecina a la de Kabul, una emboscada en una autopista que une la capital afgana con Pakistán dejó heridos al jefe de la policía provincial y a su homólogo de la policía criminal, afirmó un responsable de los servicios de seguridad, quien solicitó permanecer en el anonimato.
El ataque fue reivindicado por un portavoz de los talibanes.
Desde comienzos de año, más de 3.000 personas, en su mayoría insurgentes, han muerto por la violencia en Afganistán, según un balance de la AFP establecido a partir de cifras oficiales.