El nuevo jefe de seguridad de Gran Bretaña Alan West afirmó el lunes que una treintena de células terroristas en Gran Bretaña preparan atentados en el país y que la policía vigila actualmente a unas 4.000 personas.
«Cada día, los servicios de seguridad y la policía vigilan a más de 200 grupos o redes que, en diversos grados, amenazan nuestra seguridad», aseguró el almirante y ex jefe de la armada a quien el primer ministro Gordon Brown designó ministro de Seguridad.
«Hay una treintena (de estos grupos) que son vigilados de cerca puesto que están en una fase en la que reúnen material y hacen cosas que podrían llevarlos, a corto plazo, a pasar al acto si así lo deciden», agregó West en una entrevista a una de las emisoras de la BBC.
Según el jefe de la seguridad británica, «esto significa que cerca de 2.000 personas son observadas más o menos de cerca y que probablemente otros 2.000 relacionadas con ellos, también».
«El nivel de (la amenaza) es bastante dramático», advirtió West, quien desde que asumió su cargo ha lanzado varias advertencias, asegurando que el nivel de amenazas al que hace frente Gran Bretaña no tiene precedentes y que la lucha contra el terrorismo en este país podría demorar unos 15 años.
West indicó en la entrevista con la BBC que los servicios de seguridad británicos han aumentado su eficacia en reunir información sobre complots que están siendo tramados por grupos islámicos.
La policía ha logrado reunir una gran cantidad de información de ordenadores incautados a estos grupos, precisó el ministro.
Insistiendo sobre la «gran amenaza» que los grupos islámicos radicales plantean a este país, el titular de Seguridad abogó también por extender el tiempo del que dispone la policía para interrogar a sospechosos, medida que suscita la oposición tajantemente los grupos de defensa de los derechos civiles en Gran Bretaña.
La policía británica dispone de un periodo de hasta 28 días para interrogar a los sospechosos antes de decidir una eventual acusación en su contra, pero su detención debe ser aprobada regularmente por un magistrado.
Después los ataques fallidos en Londres y Glasgow, el 29 y 30 de junio, tan sólo dos días después de que Brown asumiera las riendas del gobierno, West saltó a la palestra, llamado a un cambio de mentalidad en los británicos para combatir el terrorismo.
«La idea de lo que es intrínsecamente británico no involucra normalmente delatar o hablar acerca de alguien», dijo West.
Pero «en esta situación, cualquiera que tenga alguna información debe divulgarla pues las personas de que estamos hablando intentan destruir nuestro sistema de vida en su totalidad», añadió el jefe de Seguridad, que ha enfatizado también la necesidad de incrementar los esfuerzos para prevenir la radicalización de jóvenes musulmanes.