Los rescatistas hallaron hoy el cadáver de un joven, el primero de las 11 personas dadas por desaparecidas tras el derrumbe de un edificio residencial en Medellín cuyas causas se desconocen.
El cuerpo de Juan Esteban Cantor, de 23 años, fue retirado de los escombros en la madrugada por los equipos de socorristas que trabajan en el lugar desde que se desplomó el edificio de 22 pisos el sábado, indicó la Alcaldía de Medellín en un comunicado.
«Estamos esperando con mucho dolor… estamos recuperando sus pertenencias», dijo en voz baja Ángela Cantor, hermana del joven muerto y quien estudiaba Comunicación Social en la Escuela de Administración y Finanzas en Medellín.
Aún quedan 10 personas sepultadas bajo los escombros: nueve obreros que estaban trabajando en el interior de la torre y un vigilante, de acuerdo con las autoridades.
Carlos Iván Márquez, director de la Oficina Nacional de Atención de Desastres, dijo telefónicamente a The Associated Press que al menos dos máquinas remueven las orillas de una montaña de unos 15 metros de altura de cemento y hierros retorcidos para que puedan ingresar equipos de búsqueda y ubicar a los otros desaparecidos, en un área que calculó tiene unos 800 metros a la redonda.
Márquez dijo que hasta tanto no hallen los restos de las 10 personas que siguen desaparecidas no las darán por muertas.
El área de desastre está acordonada y parientes de los desaparecidos aguardan noticias bajo de una tienda de campaña instalada a más de 100 metros del lugar por la Cruz Roja.
La muerte de Cantor fue «mala suerte y negligencia porque los organismos que evacuaron las torres no acordonaron los parqueaderos (estacionamientos) ni las zonas comunes» del conjunto residencial, narró Ángela, de 33 años, en entrevista telefónica con la AP.
El joven Juan Esteban vivía con sus padres en el segundo piso de la torre tres, que no sufrió daños, pero como los estacionamientos de su edificio estaban llenos el sábado ingresó en su auto junto con un amigo al del edificio número seis, que fue el que se derrumbó. La familia se enteró de que el joven estaba sepultado bajo toneladas de cemento y vigas porque el amigo logró salir corriendo antes de que el piso se hundiera y les avisó por celular, explicó Ángela.
La mujer recordó que esa noche estaba de visita con su hijo en la casa de sus padres, recostada en la cama de su hermano viendo televisión. De pronto «tembló… sonó como el fin del mundo… en menos de un minuto» la torre cayó. «Se fue la luz… salimos corriendo escaleras abajo» a la calle donde «la nube de polvo era impresionante… gritos y desesperación y demasiado terror», narró.
La torre derrumbada formaba parte de un conjunto residencial en el exclusivo barrio de El Poblado de Medellín, la segunda ciudad en importancia de Colombia y a 250 kilómetros al noroeste de Bogotá.
Lérida CDO, la firma constructora del conjunto residencial de seis torres de 22 pisos cada una, indicó la víspera que debido al impacto del derrumbe otra torre deberá ser demolida.
El viernes y ante lo que residentes de la torre seis describieron como «una sacudida muy grande», las autoridades en Medellín ordenaron la evacuación de los residentes de ese edificio, indicó Ángela. Desde el derrumbe todos los moradores del complejo se marcharon ante el temor de otro colapso, aseguró la mujer, que alberga ahora a sus padres en otro departamento de la ciudad.
«Estábamos trabajando cuando sentimos que algo muy pesado cae y hunde el piso… el edificio bajó, quedó desnivelado», narró Jorge Iván Giraldo, un obrero que trabajaba el viernes en el piso 16 de la torre colapsada y cuyo desalojo se ordenó tras ese incidente. Era como las nueve de la mañana y Giraldo, de 41 años, estaba con otras dos personas trabajando en uno de los departamentos de la torre al que le daban los toques finales, pese a que algunos departamentos ya estaban habitados.
Junto con los otros obreros y habitantes bajaron corriendo por las escaleras, dijo Giraldo en diálogo telefónico con la AP. «Cuando salí de la obra lo que dijeron era que de pronto el edificio no tenía problemas… pero yo igual sentía que traqueaba (crujía), sentía movimientos raros», añadió.
Gremios como la Sociedad Antioqueña de Ingenieros y Arquitectos y la Cámara Colombiana de la Construcción en Antioquia han ofrecido su ayuda para las investigaciones técnicas del desastre, que aseguran no tiene antecedentes en el sector.
Pablo Villegas, gerente de Lérida CDO, dijo en la jornada a radio Caracol que la firma está dispuesta a enfrentar las responsabilidades por el caso. «Responderemos por todo lo que tengamos que responder», dijo Villegas al resaltar que de momento carecen de respuestas sobre las causas de la caída del edificio.