Philip Rivers lanzó un pase de anotación al novato Keenan Allen, mientras que Nick Novak convirtió cuatro goles de campo por los Chargers de San Diego, que vencieron sorpresivamente 19-9 a los Colts de Indianápolis ayer por la noche.
Para conseguir el triunfo inesperado, los Chargers se valieron de largas series ofensivas que mantuvieron fuera del campo por mucho tiempo al quarterback de los Colts, Andrew Luck.
«Yo no estaba seguro de cuál iba a ser el rival de los Colts, tras ver todos esos anuncios», dijo Rivers, quien destacó que la publicidad sobre el partido se concentró en Indianápolis y no en San Diego.
Rivers movió metódicamente a los Chargers (3-3) en tres jugadas de al menos 74 yardas que terminaron en anotaciones. Así, el mariscal de San Diego se reivindicó del desempeño observado la semana anterior ante Oakland, que se impuso a los Chargers y le interceptó tres pases a Rivers.
Los Colts (4-2) dejaron que se les escapara una oportunidad de tomar una ventaja de dos partidos sobre Tenesí en la División Sur de la Conferencia Americana. Los receptores de los Colts soltaron varios balones, incluido uno de Darrius Heyward-Bey, quien no pudo controlar lo que hubiera sido un largo envío de anotación hacia la banda derecha en el segundo cuarto.
El cuarto gol de campo de Novak, de 50 yardas, llegó cuando restaba 1:55 minuto.
Hubo también lazos familiares en este partido. El coordinador defensivo de los Chargers, John Pagano, superó a su hermano mayor Chuck, entrenador de los Colts.
Indianápolis no anotó siquiera un touchdown. Todos sus puntos llegaron con goles de campo de Adam Vinatieri.
Una semana antes, Luck había ayudado a que los Colts doblegaran 34-28 a Seattle.
«Sabíamos que si no entregábamos el balón y si hacíamos ofensivas largas, algo que conseguimos, nos daríamos la oportunidad de ganar», afirmó Rivers. «Logramos series de 12, 14 o 16 jugadas».