Guatemala tiene casi 20 mil más guardias de seguridad privada que policías


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De acuerdo con datos oficiales, 46 mil guardias de seguridad privada laboran en 140 empresas autorizadas, una cifra que sobrepasa la cantidad de agentes de la Policía Nacional Civil (PNC), que apenas es de 26 mil 319.

POR MARIELA CASTAÑÓN
mcastanon@lahora.com.gt

Entrevistas realizadas a trabajadores de esta fuerza de seguridad contratada evidencian que muchos de los guardias y algunas de las empresas dan escasa o nula preparación para que se ejerza su labor, así como condiciones deplorables de trabajo.

Guatemala es un país con altos índices de criminalidad, que justifica la necesidad de atender la falta de protección con la contratación de guardias de seguridad privada, una fuerza que hoy integra a 46 mil personas que pertenecen a las 140 empresas autorizadas, según la Dirección General de Servicios de Seguridad Privada del Ministerio de Gobernación (Mingob).

La estadística en el sector privado sobrepasa el número de los agentes de la PNC, que cuenta con 26 mil 319 efectivos y que constitucionalmente tienen la competencia legal para resguardar la vida y los bienes de los guatemaltecos.

La situación se convierte en un verdadero problema, debido a que en los guardias privados se ha confiado en buena medida la “seguridad” y vigilancia de bienes y comercios del país, pero en su mayoría carecen de capacitación y sus condiciones de trabajo son deplorables.

“UNA VEZ FUI A UN POLÍGONO”

*José ingresó hace tres años a una empresa de seguridad privada; al principio fue destacado en el extremo de buses de la colonia Belén en la zona 7 de Mixco y actualmente resguarda un colegio de la ciudad capital. 

El guardia es originario de Santa Cruz del Quiché y admite que la necesidad lo motivó a engrosar las filas de la seguridad contratada particular.

El entrevistado explica que antes de empezar a laborar solo tuvo un entrenamiento de ocho días, en el cual tuvo que aprender nociones básicas de seguridad sobre cómo defenderse, actuar frente “al enemigo” y disparar.

Esa fue la única oportunidad en la que estuvo en un polígono de tiro y que hizo una práctica de disparo.

Según José, no todos sus compañeros absorbieron los “conocimientos” con la rapidez que los empresarios exigen, pues todo fue muy rápido; sin embargo justifica: “al menos yo todavía recibí ese entrenamiento, los patojos nuevos ya no”.

El guardia comenta que hoy, los propietarios entregan un arma al policía y lo envían a la calle a resguardar los comercios o instituciones, sin la mínima instrucción que se requiere para actuar frente a la inseguridad.

En el tema de las condiciones laborales reconoce que “son malas”, pues tiene un salario de Q2 mil al mes, no goza de vacaciones, aguinaldo y bono 14, tampoco tiene acceso al seguro social.

Su caso no dista al de *Mario, otro guardia que obtiene un salario de Q1 mil 900 al mes y no tiene ningún beneficio laboral que regula la ley.  El entrevistado confía en que pronto obtendrá un nuevo empleo como conserje, pues aunque las condiciones podrían ser similares, en ese trabajo no expondría su vida.

*Mario admite que no ha tenido necesidad de utilizar su arma porque no se ha presentado ninguna eventualidad, aunque ruega al “Creador” no hacerlo, pues teme que su escopeta no funcione porque está en mal estado.

*Roberto, en cambio, dice estar agradecido con la empresa con la que actualmente labora, pues ahí “no hay maltrato” y como antes prestó servicio militar fue contratado de inmediato; aunque le pagan Q2 mil, su jefe le prometió que le va a aumentar el sueldo el próximo año.

Según dice, esta promesa viene desde 2011, pero confía en que algún día tendrá al menos el salario mínimo.

La legislación guatemalteca norma que el salario mínimo para un trabajador es de Q2 mil 171.75, esto aunado a un bono de Q250; es decir que un trabajador de este tipo tendría que recibir un salario de Q2, 421.75.

Se intentó obtener la declaración del presidente de la Gremial de Compañías de Seguridad Privada, Édgar Trujillo, a quien se le cuestionó sobre la capacitación y las condiciones laborales de los guardias.

Se le mencionaron las quejas de estas personas, a lo que respondió: “Qué pena, ¿verdad?” y después dijo que no podía atender la llamada.

DENUNCIAS

Victoriano Zacarías, de la Central General de Trabajadores de Guatemala (CGTG), indica que han recibido varias denuncias de representantes de este gremio que develan que trabajan más de 12 horas, no les pagan el salario mínimo, no tienen vacaciones, aguinaldo ni bono 14.

“Nosotros recibimos este año denuncias de tres personas que manifiestan representar a 50 trabajadores, las denuncias son varias, pero las más recientes son porque no les pagaron el bono 14 o los despidieron sin sus prestaciones”, dice.

El sindicalista explica que otra de las quejas de estos trabajadores es el constante robo del arma, que ellos deben pagar cuando están expuestos a una situación de este tipo.

Zacarías reitera la necesidad de que estas personas sean capacitadas y formadas para la labor que se les asignó, pero también se les debe remunerar de forma adecuada y  no con la “miseria” que les ofrecen.

“Nosotros estamos de acuerdo en que se les debe dar una capacitación, una formación para actuar en los diferentes escenarios. Nos consta que son compañeros que no son letrados, no pueden escribir, les cuesta hablar español y son contratados para que les preste un servicio donde les pagan una miseria de salario, pero las empresas sí cobran hasta Q5 mil por el servicio de ellos”, explicó.

Este vespertino buscó información de las denuncias presentadas por este sector de la población en el Ministerio de Trabajo, pero en el Departamento de Información y Prensa se indicó que no existía una clasificación específica de esa información.

“VIOLENCIA CONSTITUYE UN NEGOCIO”

Marco Antonio Garavito, director de la Liga de Higiene Mental, explica que la violencia constituye un negocio para quienes se dedican a ofrecer seguridad y que no existe una estructura real.

“En Guatemala la violencia constituye un enorme negocio para algunas personas, es decir, esto supone que desde el punto de vista empresarial, son millonarias las ganancias y no les interesa que en este país haya paz porque no hay negocio. Esas empresas se construyen de la nada, esos recursos técnicos, humanos que poseen para brindar seguridad, entre comillas, son una ficción”, dice el psicólogo.

Según el profesional, la mayoría de guardias privados no tienen la capacidad técnica ni emocional para cumplir con un trabajo de estos; compara la situación de la PNC con la de estas personas.

“Si uno compara la situación de la policía estatal, oficial, que es deficiente, imagínese con la policía privada, no han disparado, no tienen formación.  Lo que se les solicita con frecuencia es que hayan prestado servicio militar, eso es todo; más que ser una garantía es un riesgo, porque ha habido tantas experiencias que por mal manejo de un arma han matado a alguien o se han matado ellos mismos y otros casos donde la actitud del guardia es terriblemente abusiva”, destaca.

El director de la Liga de Higiene Mental dice que la seguridad privada debe regularse de manera estricta, porque constantemente se crean estos negocios y esto no constituye una garantía para la ciudadanía.

“La mayoría de empresas de seguridad son de militares en activo o en retiro y eso también hay que discutirlo, porque la idea de seguridad para un condominio, para un almacén está concebida desde una mentalidad militar. Hoy hay suficiente tecnología para invertir en la seguridad de una empresa, que no se va a disuadir con una pistola oxidada; es un gran negocio, los salarios, las prestaciones son bajísimas, prácticamente es una maquila de seres humanos que por necesidad se vincula con temas de seguridad en condiciones difíciles”, explica.

NO TODOS SON MALOS

El ministro de Gobernación (Mingob), Mauricio López Bonilla, fue consultado sobre la situación de las empresas de seguridad y sobre el reglamento que próximamente se conocerá para mejorar el control de estas instancias. El funcionario dijo que con esto también se busca mejorar el clima organizacional de las mismas.

“Ese reglamento parece que ya fue firmado por el señor Presidente, para otorgar las primeras licencias de operación; hay muchas empresas que ya cumplieron con los requisitos.  Los propósitos son no sólo ver un buen clima organizacional, cumplimiento de las empresas para tratar a sus trabajadores como corresponde, control de personal, de las armas, de los lugares donde prestan sus servicios, es un control, una coordinación que tenemos que llevar”, dijo López Bonilla.

El encargado de la seguridad fue cuestionado sobre la falta de capacitación de los guardias y la respuesta que estos pueden emitir en momentos de crisis, él respondió que existen prejuicios sobre este tema y que no todos los servicios de seguridad privada son malos.

“En torno a esto hay muchos prejuicios, hay un estereotipo, se ha descalificado y hasta satanizado la actividad de las empresas de seguridad privada, yo invito a mucha gente a que visiten las empresas y vean que unos tienen academias similares a las que tiene la PNC, es gente muy profesional a la que le hacen sus exámenes y están educando verdaderamente.  Hay muchas empresas de seguridad privada que le juro están en los estándares que tiene una policía como la que nosotros estamos construyendo ahora”, indicó.

El funcionario dijo desconocer cuántas empresas pertenecen a militares o exmilitares, pues al ser consultado consideró que la pregunta era más ideológica.

“No sé, creo que no tenemos que meter cuestiones ideológicas, el tema militar se ha trabajado en temas ideológicos, pero una vez salgo del Ejército, soy un ciudadano en todo el libre ejercicio de mis derechos, yo salí del Ejército hace 15 años y estoy en el libre ejercicio de mis derechos, no tiene por qué limitarme eso, porque si no decimos ese fue periodista, ese fue no sé qué”, indicó.

EN CIFRAS
SEGURIDAD PRIVADA

46,000 guardias privados registrados

140 empresas de seguridad autorizadas

2000 quetzales, el salario aproximado de un guardia

2,421.75 quetzales, el salario mínimo vigente

“En torno a esto hay muchos prejuicios, hay un estereotipo, se ha descalificado y hasta satanizado la actividad de las empresas de seguridad privada. Yo invito a mucha gente a que visiten las empresas y vean que unos tienen academias similares a las que tiene la PNC, es gente muy profesional a la que le hacen sus exámenes y están educando verdaderamente”.
Mauricio López Bonilla
Ministro de Gobernación