La Asociación de Trabajadoras del Hogar, a Domicilio y de Maquila (ATRAHDOM) lamentó que las mujeres sigan siendo objeto de esclavitud y de trata de personas en Guatemala, tal y como se evidenció recientemente con la captura de personas que sometían a menores de edad a jornadas laborales hasta de 16 horas.
De acuerdo con la información, entre las autoridades que rescataron a las 41 mujeres y un joven de 15 años, estuvieron la Fiscalía del Ministerio Público (MP), la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) y la Procuraduría General de la Nación (PGN).
ATRAHDOM denunció que las mujeres siguen siendo las más vulnerables a toda clase de explotaciones generadas por la falta de oportunidades a mejores empleos en el país.
Las integrantes de la entidad indicaron que han propuesto al Ministerio de Trabajo y Previsión Social la creación de un espacio de coordinación multi-institucional que reaccione legalmente ante este tipo de denuncias, sin embargo ellos han indicado que no pueden intervenir, lo que hace necesario la reformulación de las normativas que permitan que este ente pueda reaccionar en estos casos.
La Comisión de Expertos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) recomendó al Estado de Guatemala la urgencia de llevar un proceso de coordinación y apoyo entre las instituciones para el cumplimiento de los derechos laborales en el país.
ATRAHDOM reiteró la necesidad de coordinar acciones que involucren a la cartera de trabajo, al Organismo Judicial (OJ), al MP, a la PGN, a la PDH, al Ministerio de Economía, a sindicatos y organizaciones que velan por el bienestar de las y los trabajadores, para promover el control, monitoreo y protección de las mujeres ante este tipo de violencia laboral.
Finalmente, las integrantes de la Asociación demandaron hacer efectiva la aplicación de la justicia laboral.
De acuerdo con publicaciones de varios medios de comunicación, esta semana fueron detenidas personas que integraban una red de explotación, quienes reclutaban a menores de edad ofreciéndoles trabajos con altas remuneraciones en varios departamentos, pero eran traídos a la capital donde sus salarios eran bajos, con largas jornadas de trabajo, sin descansos; colocados en tortillerías, abarroterías, tiendas y mercados.