El 12 de octubre se conoce como el Día de la Hispanidad –anteriormente Día de la Raza– y fue instituido para unir a aquellos pueblos o países que tenían en común diversas características sociales como el idioma, la cultura o la religión de España.
mrodriguez@lahora.com.gt
No obstante, en Guatemala las organizaciones mayas y campesinas le llaman el Día de la Resistencia Indígena, por considerar que desde el descubrimiento de América hasta la actualidad han sido sometidos y oprimidos, y aprovechan la fecha para denunciar la discriminación contra su grupo.
Desde el descubrimiento del “Nuevo Mundo”, en 1492, hasta finales del siglo XX, los pueblos de origen maya reclamaron en Guatemala el reconocimiento y la inclusión del Estado, pues todo el tiempo habían permanecido rezagados del desarrollo, en buena medida por causa de la discriminación, que los llevó a vivir incluso épocas de esclavitud que se abolió por la intervención de Fray Bartolomé de las Casas y las llamadas Leyes Nuevas.
No fue hasta 1996 con la Firma de la Paz, que se reconoció la necesidad de forjar una sociedad pluricultural, multilingüe y multiétnica en el país, que se ha formado, y continúa formando en ocasiones a un paso muy lento, a partir de los contactos y convivencia entre distintas comunidades, que a su vez aportan sus modos de pensar, sentir y actuar.
Para Max Santa Cruz, director del Instituto de Formación, Promoción y Participación Política en el Área Rural “Guatemala Para Todos”, el 12 de octubre es una fecha que si bien recientemente ha tenido trazos de polémica entre algunos grupos, es incuestionable que marca en la historia la llegada de Cristóbal Colón y los españoles a este continente en el año de 1492.
“Prácticamente durante 350 años de dominio español, prevalecieron los desmanes, abusos y tratos inhumanos en aras de la evangelización y de la consolidación del poder absoluto de la Corona en este territorio. En este largo proceso se obvió la convivencia armónica, el respeto a la cultura de los pueblos indígenas y su libertad, pero sobre todo la vida de los mismos”, explica.
En ese sentido, el director del IFPPP indica que desde el nacimiento del Estado de Guatemala, no se contempló o impulsó acción alguna para reivindicar el respeto a los derechos de los pueblos originarios, pues su diseño administrativo y político mantuvo las mismas características y condiciones impulsadas durante la Corona española.
De esta forma, Santa Cruz explica el olvido estatal hacia los pueblos originarios y que ha dejado por un lado detalles vitales para su completa integración, tal como el acceso a servicios básicos y el fortalecimiento de sus lenguas nativas, así como una mejor correlación social en un mundo globalizado.
“En una sociedad diversa no debe existir una jerarquía entre culturas, ya que todas son igualmente dignas y merecedoras de respeto, y la única forma de comprenderlas correctamente es interpretar sus manifestaciones de acuerdo con sus propios criterios culturales”, dice.
LAS CONSECUENCIAS DEL OLVIDO
En Guatemala, las organizaciones mayas asumen que el 60 por ciento de su población es indígena, sin embargo siempre ha prevalecido la cultura mestiza o ladina por encima de los pueblos maya, xinca y garífuna.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística de Guatemala (INE), oficialmente el 38.4 por ciento de la población guatemalteca se considera indígena, aunque esta cifra es cuestionada por organizaciones mayas que consideran que la autoidenti?cación étnica en los censos no refleja la realidad de los pueblos.
En cambio, Úrsula Roldán, investigadora y antropóloga de la Universidad Rafael Landívar, coincide con el planteamiento de los pueblos indígenas en que más que llamar el Día de la Hispanidad al 12 de octubre, es recordar que esta fecha está marcada como un hecho de despojo, de colonización y religiosidad; así como otras características de sus orígenes.
“Pese a todas esas condiciones, los pueblos han mantenido su propia historia, sus idiomas, sus sistemas de vida; y ahora pueden reivindicar su derecho a la igualdad con el resto de la población en Guatemala. Es un día de reflexión nacional sobre cómo construir un país con las características de Nación”, enfatiza Roldán.
Para la académica de la URL, existe un grupo de ladinos que está cómodo con la “hispanización” y que quiere que esta cultura sea la predominante sobre las poblaciones originarias, a pesar que Guatemala es considerado un país multiétnico y multicultural, y que eso se debería plasmar en la conformación como Estado.
Asimismo, explica que el origen étnico no niega otras condiciones como la clase social o de género, es decir que aunque los ladinos o mestizos también sean oprimidos o marginados del desarrollo, es un hecho incuestionable que en Guatemala la población más desfavorecida en términos económicos, es la indígena.
“Pero no se niega que un buen contingente de la población ladina o mestiza, también vive la presión económica. No solo es el factor étnico el que afecta, sino el factor de la clase”, detalla.
Sobre las consecuencias del modelo de exclusión hacia las poblaciones originarias, la antropóloga declara que éstas se reflejan en el alto grado de conflictividad social que existe así como las dificultades para un proceso de concertación entre el Gobierno y las comunidades, pues no se quieren hacer cambios profundos para disminuir esas desigualdades.
“También hay consecuencias sociales que no nos permiten generar alternativas de vida; la desnutrición, la violencia, una baja formación educativa, la pobreza. Si no logramos hacer una concertación real de cómo resolver estas desigualdades y una participación real de las poblaciones en los sistemas políticos y democráticos, las vías pueden ser violentas de nuevo y eso lo vamos a lamentar”, argumentó Roldán.
DESIGUALDAD
Desde el punto de vista del Observatorio Indígena Nacional, el “día número doce” es un recordatorio de los pueblos originarios a la identidad. En lugar del 12 de Octubre, piden conmemorar la declaración de la Resistencia de los Pueblos Indígenas en Defensa del Territorio frente al Estado, al cual consideran racista y clasista, sobre todo, porque en lugar de construir la paz ha generado conflictividad social.
“No podemos celebrar el Día de la Hispanidad cuando existe la resistencia de los pueblos indígenas, no podemos celebrar cuando existe dominación de una cultura sobre otra. La herencia de los españoles en Guatemala fue el racismo, la discriminación, la exclusión y el despojo a los pueblos indígenas. La opresión desde la invasión de las españoles; sigue vigente”, afirma Mario Iztep, coordinador general de la OIN.
Según Itzep, las poblaciones indígenas son las más pobres en Guatemala. El entrevistado destaca que esto se debe a una mala distribución de la riqueza y de la tierra, porque la mayoría está concentrada en un sector económico.
Cabe señalar que según informes de Desarrollo Humano de Naciones Unidas, se establece que el 74% de las tierras productivas en el país está en manos solo del 2% de guatemaltecos.
Itzep admite que esta realidad no es ajena a ladinos porque al final el proceso de debilitamiento de la democracia y la corrupción no solo afecta a los pueblos indígenas sino a la gran mayoría de la población.
“El llamado para la población es de unir esfuerzos para rescatar al país en tres niveles: condenar y repudiar la corrupción en Guatemala; buscar mecanismos hacia una visión de país donde converjan los pueblos; y la erradicación de la pobreza y las grandes desigualdades”, sugirió.
DÍA DE LA INTERCULTURALIDAD
A decir de Rudy Camposeco, de la Comisión Presidencial contra la Discriminación y el Racismo (Codisra), el 12 de Octubre no necesariamente es una fecha exclusiva de los pueblos indígenas, y llama al respeto y la valoración del pueblo guatemalteco en general por la multiculturalidad e interculturalidad en el país.
“Lejos de celebrar la hispanidad, en Guatemala respetamos al pueblo mestizo. En el caso de los pueblos indígenas, hay otras fechas que podemos celebrar, por ejemplo, el Día Internacional de los Pueblos Indígenas el 9 de agosto. Éste solo debe ser un día para valorar el aporte de los pueblos indígenas”, opina Camposeco.
El funcionario expone que debido a este predicamento, no se debe buscar la confrontación, pues piensa que ningún miembro de una comunidad lingüística quiera conmemorar el 12 de Octubre. “Más bien, hay que celebrar la multiculturalidad porque eso implica la presencia de los cuatro pueblos: la indígena, garífuna, xinca y ladina”, refiere.
Finalmente, el representante de Codisra exhibe que a pesar del esfuerzo estatal para combatir el racismo y la discriminación, para beneficio y un mejor acceso a servicios básicos para las poblaciones indígenas; estos no han sido suficientes.
No obstante, al igual que Mario Itzep, Camposeco declara que la mayoría de los guatemaltecos viven en condiciones de exclusión y marginación, pues es un problema generalizado debido a que existe una total desatención estatal de manera contextualizada, sobre todo en territorios indígenas.
“NO SE DEBERÍA CELEBRAR”
Por aparte, Jairo Alarcón Rodas, docente y antropólogo de la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac), explica que esta fecha conmemorativa lleva implícito todo un historial de sangre y muerte y de manera tajante expresa que el 12 de Octubre no debería ser conmemorado por ningún grupo, a menos que sirva a los diversos entes culturales que convergen en el país a la conformación de una Nación como tal y todo lo que implica.
“Si partimos de conmemorar esta fecha como el principio de la búsqueda de la interculturalidad o de la superación de nuestras diferencias, sería algo rescatable”, mencionó Alarcón.
Para el académico de la Usac, más que las diferencias, discriminación y opresión de un sector por el otro, en este caso entre ladinos e indígenas, el problema está en las estructuras de poder, pues son éstas las que han mantenido históricamente el control social y por ello han sido sometidas a los más débiles.
Para cambiar esta situación, Alarcón Rodas propone la unidad de demanda de los grupos, no en las diversas formas de interpretación de la realidad, sino en el afán de la búsqueda de la verdad en el país.
“Entender eso, que más allá de esas diferencias pueda surgir en cada grupo cultural la unidad humana; ese sería el punto de encuentro del problema de la idealidad y sería el comienzo para reivindicar la lucha contra las estructuras de poder que históricamente están establecidas en el país”, subraya.
Finalmente, el antropólogo insta a trabajar en un proyecto de Nación de manera incluyente, pues asegura que solo así se logrará el deterioro de las estructuras de poder y frenar el enriquecimiento de los mismos y el empobrecimiento de la mayoría.
“Una cosa es el deber ser y donde todos quisiéramos estar y otra es el ser, donde se ha evidenciado que el que tiene el garrote es el que pega”, puntualiza Alarcón Rodas.
VISIÓN EMPRESARIAL
A pesar de todo, la conmemoración de esta fecha aún persiste a lo largo de los años. En opinión de Javier Zepeda, director ejecutivo de la Cámara de Industria de Guatemala, el 12 de octubre no debe ser tomado para generar conflictos, enfrentamientos y confrontaciones entre ladinos e indígenas; y propone que como sociedad, se deben buscar consensos para tratar de superar las desigualdades.
“No considero que por razones históricas se hayan dado situaciones de esas. No creo que históricamente sean un grupo o una raza (indígenas) que esté condenada a ser excluida o explotada de ninguna manera”, explica el directivo.
El empresario manifiesta además que si bien es cierto, existen desigualdades de toda índole entre ladinos e indígenas, todo es parte de las consecuencias de subdesarrollo del país y lamenta que en lugar de tratar de cerrar estas brechas; existen grupos que se encargan de confrontar al país y generar desorden en la vía pública, refiriéndose a las manifestaciones que se esperan para este día.
“No creo que sea la totalidad de la clase indígena la que esté pensando de esa manera sino pueden ser algunos sectores. Puede ser cierto que existan diferencias, pero no necesariamente debe ser por una razón que se le atribuya a un sector en particular o que sea parte de un modus vivendi que se quiere imponer; de ninguna manera”, subrayó Zepeda.
Finalmente, el director ejecutivo de la CIG, enfatiza en que sí es posible superar estas disparidades, pero advierte que el Estado debe garantizar las condiciones para que, en el caso y la visión del sector empresarial, los empresarios puedan ofrecer mayor empleo formal a través de la conformación de empresas y con ello, se pueda tener mayor desarrollo.
“Evidentemente, también debe enfocarse en ser mucho más eficiente en la prestación de los servicios a la población”, culmina.
PROPUESTAS
Al ser consultado sobre las propuestas concretas respecto a este tema, Mario Itzep, del Observatorio Indígena Nacional, hace énfasis en la necesidad de la participación de los pueblos indígenas en el modelo económico y político, aunque considera alarmante que actualmente no existe representatividad de los pueblos originarios en la democracia del país. Al mismo tiempo, sugiere la creación de la Procuraduría de Derechos Indígenas porque opina que la Codisra es ineficiente e inoperante en la defensa de este sector de la población.
“La población demanda la representación a través de la Ley Electoral y de Partidos Políticos. También se demanda que haya desarrollo sostenible en las comunidades. Además, el Estado debe reconocer el aporte de la economía indígena en Guatemala”, argumenta Itzep.
Para Úrsula Roldán, efectivamente los partidos políticos deberían mediar para que los intereses sociales prevalezcan sobre el interés particular; pero advierte que el actual sistema político está degradado y que ellos (la clase política) son parte del problema y no de las soluciones.
“Los pueblos indígenas sí están participando fuertemente en las elecciones, pero lamentablemente el sistema termina absorbiéndolos. En algunos casos son absorbidos por el sistema clientelar y corrupto y no logran trasladar su demanda como pueblos, sino como individuos”, externa Roldán.
Max Santa Cruz, director del IFPPP, agrega: “No será pues, hasta que comprendamos que las relaciones interculturales se basan en el respeto a la diversidad, a la convivencia pacífica, la tolerancia y a un diálogo abierto y permanente, que podremos entonces construir verdaderamente una Guatemala para todos; con igualdad de derechos y obligaciones, con generación de oportunidades para quienes han estado muy lejos de ellas o se les ha negado el derecho de alcanzar los indicadores de desarrollo humano básicos”.
DATOS CODISRA
En el presente año, la Codisra registra 105 casos por discriminación hacia los pueblos indígenas.
Desde 2012 reporta un total de 570 casos. Dado el tiempo y los costos de procesos judiciales, hasta el momento solo contabilizan 6 casos en los que ya se ha emitido sentencia según el Código Penal.
Por lo tanto, las autoridades de la Codisra apuestan a la creación de una Fiscalía contra la Discriminación y Racismo en el Ministerio Público.