No al control de armas


Nervios. Vladimir Putin, presidente ruso, podrí­a incrementar las tensiones entre su paí­s y Estados Unidos, por esta decisión, que ha puesto a temblar los nervios de las potencias mundiales.

RUSIA SE RETIRA DE TRATADO CLAVE, EN CONSECUENCIA DE PRESENCIA MILITAR ESTADOUNIDENSE CERCA DE FRONTERA


Rusia, descontenta con el acercamiento de la presencia militar estadounidense a sus fronteras, cumplió hoy con su amenaza de suspender su participación en el Tratado sobre las Fuerzas Convencionales en Europa (FCE), que limita el despliegue de armamento en el continente.

El presidente ruso, Vladimir Putin, firmó hoy un decreto mediante el cual suspende la participación de Rusia en el FCE.

Este decreto entra en vigor el mismo dí­a de su firma, según el texto difundido por el Kremlin.

Rusia habí­a amenazado en varias ocasiones con retirarse de dicho tratado a causa del acercamiento de la presencia militar estadounidense a sus fronteras, ilustrado en especial por el proyecto de despliegue de un escudo antimisiles en Europa.

«El presidente ruso, Vladimir Putin, ha firmado un decreto sobre la suspensión de la aplicación por la Federación de Rusia del Tratado sobre las Fuerzas Convencionales en Europa y los acuerdos internacionales relacionados con dicho tratado», según un comunicado de la presidencia.

Sin embargo «esta moratoria no significa que hayamos cerrado la puerta al diálogo», aseguró el ministerio ruso de Relaciones Exteriores en un comunicado.

Este paso se ha tomado «debido a las circunstancias extraordinarias que afectan a la seguridad de Rusia y que requieren la adopción de medidas inmediatas», según la oficina.

Entre las circunstancias que han llevado a esta decisión figuran los problemas con el cumplimiento del tratado por parte de los paí­ses de la OTAN en conexión con la expansión de ésta y su demora en la ratificación del enmendado FACE, firmado en 1999, informó la agencia de noticias Itar-Tass.

El pasado abril, Putin propuso en la Asamblea Federal declarar una moratoria para el cumplimiento del tratado por parte de Rusia.

El 12 de junio pasado, se convocó en Viena una conferencia especial de los paí­ses miembros del tratado por iniciativa de Rusia, a cuya finalización el jefe del departamento para Asuntos de Seguridad y Desarme del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Anatoly Antonov, mostró la insatisfacción de Rusia por los resultados de la misma, pues no se logró la aprobación de un documento final.

El Tratado de Fuerzas Armadas Convencionales en Europa, firmado por un total de 22 Estados en Parí­s el 19 de noviembre de 1990, representó un acuerdo entre los miembros de la OTAN y los antiguos paí­ses del Pacto de Varsovia que tení­a como objetivo establecer un equilibrio en Europa mediante la reducción de la presencia de armas en las fuerzas armadas convencionales.

El documento entró en vigor el 9 de noviembre de 1992.

El tratado fue enmendado en 1999, aunque sólo cuatro paí­ses — Bielorrusia, Ucrania, Kazajistán y Rusia — lo han ratificado.

La suspensión fue motivada por ciertos puntos del acuerdo inicial de 1990 «concernientes a la seguridad de la Federación de Rusia y que exigen que se tomen medidas de emergencia», indica el decreto.

Rusia tomó la decisión a causa del rechazo de los paí­ses de la OTAN de ratificar la versión «adaptada» del Tratado redactada en Estambul en 1999, explica un anexo al decreto citado por la agencia de prensa Ria Novosti.

La participación en el Tratado queda suspendida «mientras los paí­ses de la OTAN no ratifiquen el acuerdo de adaptación y no comiencen a aplicar de buena fe ese documento», indica el anexo.

El tratado de las FCE, firmado el 19 de noviembre de 1990 en Parí­s entre la Alianza Atlántica (OTAN) y el Pacto de Varsovia, limita el despliegue de las fuerzas armadas y de los equipamientos clásicos de los dos antiguos bloques de la Guerra Frí­a y prevé medidas para reforzar la confianza, como la comunicación al otro de maniobras importantes, y la transparencia, que incluye inspecciones recí­procas.

El Tratado

El Tratado entró en vigor en 1992 y luego fue «adaptado» en 1999 en Estambul para tener en cuenta la desaparición de la URSS y del Pacto de Varsovia.

El objetivo del Tratado inicial, en momentos en que terminaba el enfrentamiento Este-Oeste, era eliminar toda posibilidad de que cualquiera de las partes pudiese lanzar un ataque por sorpresa o emprender una acción ofensiva de gran envergadura.

No obstante, el Tratado sobre las FCE jamás entró en vigor en su forma revisada a causa de las divergencias entre la OTAN y Rusia.

Los paí­ses de la Alianza Atlántica se niegan a ratificar la nueva versión hasta que Moscú no haya retirado sus tropas de Georgia y de Moldavia para cumplir con los compromisos que adquirió en Estambul.

En cambio, Rusia ratificó el tratado enmendado en 2004, pero Putin amenazó con congelar la participación rusa en ese acuerdo durante su discurso anual a la nación en abril pasado.

A mediados de junio rusos y occidentales fracasaron en un intento de modificar el Tratado FCE.

El texto en su versión original de 1990 «ya no es viable» para la seguridad del paí­s, «es un anacronismo», declaró el jefe de la delegación rusa, Anatoly Antonov, al final de la conferencia de cinco dí­as organizada en la sede de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) en Viena.