Supervisan desnuclearización


Revisión. Christopher Hill, enviado especial de Estados Unidos, responde a las preguntas formuladas, previo a iniciar el viaje a Corea del Norte para la supervisión nuclear.

La Agencia Internacional de la Energí­a Atómica (AIEA) retomó sus trabajos hoy en Corea del Norte, tras casi cinco años de ausencia, para supervisar el cierre de Yongbyon, primera etapa en la desnuclearización del régimen comunista prevista en un acuerdo multipartito.


Poco después de su llegada al aeropuerto de Pyongyang, los diez inspectores que conforman la misión de la AIEA se encaminaron hacia Yongbyon, principal complejo nuclear del paí­s, que Corea del Norte se comprometió a cerrar a través de un acuerdo alcanzado el 13 de febrero en Pekí­n, informó la agencia oficial China Nueva en un despacho fechado en la capital norcoreana.

«Probablemente permanecerán en Yongbyon entre dos y tres semanas», declaró a la agencia china un responsable de la Administración General de la Energí­a Atómica de Corea del Norte.

A su llegada a Pyongyang, los inspectores se negaron a responder a las preguntas de los periodistas.

«Tenemos con nosotros todo nuestro material» para realizar las inspecciones, manifestó el jefe de la misión de la AIEA, Adel Tolba, en el aeropuerto de Pekí­n, antes de tomar el avión hacia Pyongyang.

«Retomaremos nuestro trabajo en cuanto lleguemos», añadió Tolba refiriéndose a la primera misión de la agencia desde su expulsión de Corea del Norte en diciembre de 2002.

Los diez inspectores de la misión están encargados de verificar el cierre de Yongbyon, situado a unos 90 km al norte de Pyongyang.

El cierre del complejo, en el que se produce plutonio para armas nucleares, es la primera etapa de un acuerdo multilateral firmado el 13 de febrero en Pekí­n. En él, Corea del Norte se comprometió a «desactivar completamente» sus programas nucleares tras las negociaciones a seis entre las dos Coreas, Rusia, Estados Unidos, Japón y China.

No obstante, Pyongyang pidió a cambio de su compromiso ayuda energética y garantí­as sobre la seguridad del régimen.

Corea del Norte ya aceptó colaborar estrechamente con la AIEA al permitir la instalación de cámaras en Yongbyon, según la propia agencia.

Fuentes diplomáticas en Viena, sede de la AIEA, indicaron al comienzo de la semana que Corea del Norte tendrí­a incluso la intención de mantener dos inspectores en Yongbyon, una vez finalice esta misión de la agencia onusiana.

Por su parte, el negociador estadounidense Christopher Hill declaró en Japón que Yongbyon cerrará como muy tarde el lunes.

«Tenemos entendido que será este fin de semana. No sé si será el sábado, el domingo o el lunes», declaró Hill de paso por Japón, antes de acudir a Corea del Sur y luego a Pekí­n para asistir a una nueva sesión de las negociaciones multipartitas sobre el dossier nuclear norcoreano, a partir del 18 de julio.

«No quiero que la gente crea que dicho cierre es el acontecimiento más importante y el único. No es más que el primer paso», añadió Hill.

Asimismo, la primera entrega de ayuda energética llegó el sábado de madrugada. Un barco surcoreano cargado con 6.200 toneladas de fuel pesado atracó en el puerto de Sonbong, en el noreste de Corea del Norte, según un portavoz del ministerio surcoreano para la Reunificación.

En total, se prevé que Corea del Norte reciba 50.000 toneladas de combustible, como estipula el acuerdo del 13 de febrero a cambio del cierre de Yongbyon.

EE.UU. con cautela

Más de medio siglo después de que Estados Unidos y Corea del Norte dieran fin a una sangrienta guerra, Washington se muestra aún cauteloso y no está listo para firmar un tratado de paz con su rival nuclear.

Estados Unidos quiere que el Estado comunista desarme su arsenal nuclear antes de que un acuerdo permanente sea firmado oficialmente para terminar la Guerra de Corea (1950-53) y poner fin a las hostilidades de la Guerra Frí­a.

Pero el hermético régimen de Corea del Norte, que probó por primera vez una bomba atómica el año pasado, dice que necesita las armas nucleares para defenderse de un ataque nuclear de Estados Unidos.

Ambos paí­ses están técnicamente aún en guerra dado que la Guerra de Corea terminó sólo como un cese de hostilidades.

Para Michael Green, ex experto sobre Asia de la Casa Blanca, la fabricación de armas secretas de parte de Corea del Norte -incluyendo armas nucleares y quí­micas así­ como misiles- le impide a Estados Unidos lograr un acuerdo de paz definitivo.

«Si va a haber un mecanismo de paz significativo, tiene que haber también una reducción de la amenaza», dijo Green a la AFP, señalando que cualquier acuerdo sin esa reducción será interpretado en Asia como un apoyo al arsenal nuclear de Corea del Norte.

Por su parte, Pyongyang ha señalado que un desmantelamiento de su arsenal atómico serí­a difí­cil debido a la ausencia de un acuerdo de paz definitivo.

El poderoso ejército norcoreano publicó en su órgano de difusión el viernes un llamado a conversaciones con los militares estadounidenses para restaurar «la paz y la seguridad en la pení­nsula coreana».

Sin embargo, también advirtió que avanzarí­a en sus esfuerzos para protegerse de «un ataque nuclear estadounidense y de un ataque preventivo» si Washington continuaba presionando con el «pretexto del tema nuclear».

Pero Estados Unidos dijo que un acuerdo de paz definitivo podrí­a alcanzarse sólo después de que Corea del Norte abandone su programa nuclear, pese a lo cual agregó que estaba deseoso de mantener conversaciones con los movimientos para desnuclearizar a Pyongyang según el acuerdo alcanzado en febrero de 2007.

«Quiero enfatizar que no vamos a tener ningún acuerdo de paz en la pení­nsula antes de la desnuclearización», dijo el encargado de las negociaciones nucleares con Corea del Norte de Estados Unidos, Christopher Hill.

Sin embargo, agregó que no quieren esperar a la desnuclearización completa para empezar las conversaciones.

El acuerdo de febrero para el desarme del arsenal nuclear de Corea del Norte fue cerrado entre Estados Unidos, China, las dos Coreas, Rusia y Japón. La primera etapa del acuerdo es el cierre dentro de unos dí­as del reactor nuclear norcoreano Yongbyon.

Pero Green cree que los pedidos de militares norcoreanos de conversaciones con Estados Unidos antes de la reunión de Pekí­n, tienen por objeto «crear más obstáculos a las siguientes etapas de desnuclearización».

«Creo que Corea del Norte buscará una variedad de temas e intentará parar el reloj», dijo Green sugiriendo que Pyongyang podrí­a demorar el desmantelamiento del reactor hasta las próximas elecciones presidenciales estadounidenses en noviembre de 2008.

Pero el director ejecutivo del Instituto de Desarme y Paz de Pyongyang, An Song Nam, dijo que Corea del Norte «no sentirí­a necesidad de poseer ni siquiera una arma nuclear» si no estuviera expuesta a la «amenaza estadounidense» y la «polí­tica hostil» de Washington.

«Reemplazar el frágil mecanismo del alto al fuego por un mecanismo de paz duradero en la pení­nsula coreana es un tema urgente que no admite más demora», dijo en un artí­culo recientemente publicado en la revista del Center for Strategic and International Studies, con sede en Washington.

Washington dijo que retiró sus armas nucleares de Corea del Sur ocho años después del armisticio, aunque todaví­a mantiene 29.500 soldados para reforzar las fuerzas militares de Seúl.

Más de 33.000 soldados estadounidenses murieron en la Guerra de Corea y unos 8.100 todaví­a figuran en las listas de desaparecidos.