El Congreso de Estados Unidos está en las últimas horas para aprobar el aumento del techo de la deuda pública de su país y la decisión que tome en esa materia será mucho más importante y mucho más seria para el mundo entero que el cierre del gobierno que ocurrió cuando no hubo acuerdo entre demócratas y republicanos por el tema del presupuesto.
Nuevamente el tema hay que entenderlo en el contexto del debate entre los dos partidos políticos y, sobre todo, el empecinamiento de una vociferante minoría del partido Republicano que se ha propuesto hacer todo lo que pueda para dañar a la administración de Obama, aunque ello signifique hundir al país mismo. En efecto, los ultraconservadores del Tea Party se han propuesto boicotear absolutamente cualquier posibilidad de éxito que pueda tener el gobierno y para ello no vacilan en llevar al país, y en este caso a la economía mundial, al borde del abismo.
Si Estados Unidos no eleva el techo de su endeudamiento, la crisis es inminente, porque las consecuencias serían tremendas. Lo primero es que el país caería en mora con sus acreedores porque no tendría cómo hacerle frente al servicio de la deuda, pero además sufriría en su calificación de crédito, que ya ha sido rebajada, subirían en forma dramática los intereses y hay que predecir una devaluación muy importante y significativa de su moneda. Los economistas advierten que en esas condiciones la crisis financiera mundial podría ser mucho peor que la de finales de la década pasada, cuando las instituciones bancarias alrededor del mundo sufrieron los efectos de sus riesgosas operaciones que terminaron arrastrando a todos en el descalabro que exigió un multimillonario rescate de cuyos efectos aún no se ha terminado de salir.
El problema es que el sistema político norteamericano está diseñado para que la mayoría mande, pero la mayoría votó para reelegir a Obama, y el manoseo que se hizo de los distritos electorales para asegurar el control en varios de ellos para minorías que eligen a republicanos desbalanceó por completo el modelo y por ello es que ahora la minoría, especialmente la ultra minoría que es el Tea Party, literalmente tiene secuestrado al poder legislativo y con ello en la práctica se secuestra a todo el país. La paralización del gobierno federal por falta de asignación de recursos ha sido dramática, pero la no aprobación de un mayor techo para la deuda será de gravísimas consecuencias para Washington, para todos los Estados Unidos y para la economía del mundo en general.
Minutero:
Son igual los diputados
de aquí y de los Estados;
no piensan en la nación
sino solo ven su posición