El Congreso sumió el martes al país a un cierre parcial del gobierno debido a una larga disputa sobre la ley del seguro médico del presidente Barack Obama, quien ha paralizado un proyecto de ley para financiar las operaciones gubernamentales, obligando a mandar a casa a unos 800 mil empleados y suspender casi todas las operaciones y servicios no esenciales.
Obama transmitió por radio, al mediodía, una declaración al país mientras los demócratas y republicanos se culpaban en el Capitolio por el primer cierre gubernamental en casi dos décadas.
Según el presidente, los legisladores republicanos provocaron el cierre de operaciones del gobierno en una «cruzada ideológica» contra su ley de seguro de salud. Cuanto más dure el cierre, más grave será el impacto, añadió.
El presidente dijo que no se debe permitir que los republicanos tengan a la economía de «rehén».
Horas antes, en una carta dirigida a los empleados federales, Obama lamentó que han pasado a ser «sacos de boxeo» en una pelea bipartidista.
Enfrentada la mayoría republicana de la Cámara de Representantes y el Senado controlado por los demócratas, no quedó claro cuánto tiempo durará el cierre gubernamental. El segundo legislador demócrata en el Senado, Dick Durbin, consideró el fracaso de elaborar un presupuesto una «conducta indigna de un Congreso responsable», y agregó esperar que la situación sea resuelta antes de finalizar hoy.
«La mayoría de la gente del espectro político ve la situación y dice, ‘qué vergüenza para ambas cámaras. Nunca debería haber llegado a este punto»’, indicó Durbin hoy por la mañana a la cadena de televisión CNN. «Y esa opinión es sabia».
El cierre, el primero desde el de 1995-96, clausuró los parques nacionales, museos del parque Washington Mall y las visitas al Capitolio. La página del Museo Smithsonian apareció con una banda roja indicando que «todos los museos smithsonian y el Zoológico Nacional están cerrados».
Organismos como la NASA y la Agencia de Protección al Medio Ambiente cesarán sus funciones. Las personas consideradas empleados esenciales gubernamentales —como los controladores aéreos, los agentes de la Patrulla Fronteriza y casi todos los inspectores de alimentos— seguirán trabajando.
La ley del seguro médico no fue afectada y los centros para la contratación de seguros abrieron hoy.
La Casa Blanca funciona con un equipo mínimo, incluyendo el personal doméstico que cuida la residencia de la familia presidencial y los ayudantes del mandatario. Un jardinero que trabajaba en el recinto poco después del amanecer afirmó que hacía labores realizadas normalmente por cuatro empleados.
Los militares serán pagados conforme a la legislación recién firmada por Obama, pero los cheques de otros empleados federales serán retenidos hasta que sea solucionada la situación. Los empleados federales recibieron orden de acudir a sus puestos de trabajo pero sólo por media jornada para realizar únicamente labores de cierre como cambiar la página de los correos electrónicos y cerrar los accesos a internet de los diferentes organismos.
El Servicio Postal seguirá funcionando por tener su propia financiación y el gobierno seguirá pagando los beneficios de la Seguridad Social y los seguros Medicare y Medicaid a los médicos a tiempo.
El Senado rechazó ayer dos veces un proyecto de ley que intentó primero retrasar por un año partes de la ley llamada popularmente «Obamacare», y luego retrasar la norma, que requiere que millones de personas compren un seguro médico. La Cámara volvió a aprobar el martes la última versión; el líder de la mayoría demócrata en el Senado Harry Reid agregó que le espera la misma suerte que las anteriores cuando reanude sus labores la cámara alta hoy por la mañana.
Hoy por la mañana el Senado rechazó el pedido de la Cámara de Representantes de designar un comité negociador para superar el atascamiento.
Momento después de la votación, Reid culpó de la situación a los republicanos, indicando que «el gobierno ha cerrado debido a la irracionalidad de lo que ocurre en la otra parte del Capitolio».
Empero, el senador republicano John Cornyn indicó que los legisladores de su partido escucharon a sus votantes que les pidieron que «detengan el tren sin maquinista llamado gobierno federal». Su mensaje, agregó, es «sigan resistiendo».
La directora de comunicaciones de Obama, Jennifer Palmieri, dijo a la cadena de televisión por cable MSNBC que la Casa Blanca está dispuesta a aceptar cambios en la ley del seguro médico en futuras negociaciones, pero no como parte de aprobar un nuevo presupuesto. Comparó las negociaciones a «una pistola apuntada a su cabeza».
En la cámara baja, la representante republicana Marsha Blackburn pronosticó que el cierre se prolongará si Obama y los demócratas del Senado se niegan a negociar.
«Podría ocurrir un cierre parcial durante varios días», agregó Blackburn, a la cadena de televisión Fox News. «La gente se dará cuenta que puede vivir con mucho menos gobierno» federal.
El representante republicano Scott Rigell, cuyo distrito en Norfolk, Virginia incluye a decenas de miles de militares y sus familias, escribió en Tweet que «libramos una buena pelea. Ha llegado el momento de una RC» — en referencia a la norma que financiaría nuevamente el gobierno sin tomas el tema del seguro médico.
Los legisladores y el presidente, empero, siguen recibiendo su salario, con una suma total superior a los 250.000 dólares por día. La mayor parte de los 2,1 millones de empleados federales trabajan con sus salarios suspendidos y se quedaron en sus casas sin paga.
La Corte Suprema trabajó como de costumbre, recibiendo incluso a grupos de turistas, pero con el riesgo de quedarse sin apenas fondos si la situación se prolonga más allá del viernes.
Además, el representante republicano Tom Cole consideró el cierre parcial del gobierno «un gran error». Entrevistado en la cadena de televisión MSNBC, Cole pidió a la Cámara de representantes y al Senado que pongan fin a la situación.
«No se obtiene un rescate por hacer tu trabajo, por hacer todo lo que se supone debes hacer, o porque solamente hay una ley que no te gusta», dijo el lunes Obama en una conversación telefónica privada con el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner y otros legisladores.
Boehner respondió que no deseaba el cierre del gobierno, pero agregó que la ley del seguro médico «tiene un impacto devastador. Hay que hacer algo».
No quedó en claro cuánto durará el cierre, pero al parecer Obama y Reid llevan ventaja.
«No podemos ganar», dijo el senador republicano John McCain y agregó que «tarde o temprano» la Cámara tendrá que concordar con las demandas demócratas de aprobar un proyecto de ley de financiación sin condiciones que permita reanudar las labores gubernamentales.
La orden a los organismos federales de «ejecutar planes para un cierre ordenado debido a la ausencia de fondos» fue dictada por la directora del presupuesto de la casa Blanca Sylvia Burwell poco antes de la medianoche del lunes.