A 67 días de llevarse a cabo el evento electoral general, la ciudadanía ejercerá su derecho a voto en cinco papeletas que tendrán a disposición: Presidente, Alcalde de su municipio, Diputados por Listado Nacional, Diputados por su Distrito electoral, Diputados para el Parlamento Centroamericano. Aunque el tema presidencial ocupa la atención principal, considero que la elección de diputados tiene un valor trascendental. En estos últimos días se han iniciado los programas y foros sobre y con los candidatos al Congreso de la República para la legislatura 2012-2016, los cuales son valiosos para conocer y discutir de quiénes son y que harán.
Desde hace poco más de un año, se me brindó la oportunidad de volver a retomar la pluma y escribir regularmente en este espacio, durante este tiempo he tratado de evitar la promoción personal, y me he concentrado en defender ideas y propuestas. Sin embargo, ya no es posible abstraerme de la contienda electoral, y es por ello, y mientras La Hora lo considere admisible y usted amigo lector lo acepte, iniciaré a fijar posiciones sobre los aspectos políticos-electorales, como diputado que aspira a la reelección, así como parte del Partido Unionista.
Confieso que me siento bastante frustrado con la actual legislatura, en mi balance personal, son más las decepciones que las satisfacciones obtenidas. No dudo en reconocer que leyes como Extinción de Dominio, Actividad Aseguradora, Comisiones de Postulación, Acceso a Información Pública o Alianzas para el Desarrollo, son metas legislativas alcanzadas, pero evidentemente insuficientes. Valoro los avances en materia de transparencia y rendición de cuentas que se han dado, pero no estoy satisfecho, aún tenemos mucho que hacer. Se mejoraron los canales de comunicación con la ciudadanía, pero todavía estamos muy alejados de ella.
Me agobia la irrupción en el Congreso del contratismo, del filibusterismo parlamentario, del irrespeto a las normas básicas de convivencia política-parlamentaria y la palabra comprometida perdió valor. En esta legislatura se ha evidenciado que la Ley Orgánica del Organismo Legislativo está superada por la realidad y los retos del proceso político.
No puede discutirse del desprestigio y la poca valoración que se tiene del Organismo Legislativo, aun cuando es uno de los pilares de nuestro estado Constitucional de Derecho, y que con el tiempo ha asumido un poder político inmenso, que determina el rumbo de la nación. Es muy difícil hacer bien el trabajo y cumplir con los compromisos cuando esta institución está tan desprestigiada, y no me resulta ningún tipo de consuelo saber que lo mismo sucede en la mayoría de países.
En lo que resta de la actual legislatura poco o muy poco puede hacerse para redirigir el Congreso o más bien, regenerar esta institución, por lo que hay que estar muy claro de lo que debe ser la próxima legislatura. No quiero decir con lo anterior, que claudiqué y que no haré nada, por el contrario, en lo que resta de la actual legislatura se harán esfuerzos redoblados por rescatar lo posible.
Sin embargo, para la próxima legislatura hay que iniciar el proceso de regeneración del Congreso, trabajando desde ya en lo importante, no sólo en lo urgente. Tres funciones fundamentales se tienen en el Congreso: fiscalizar, intermediar y legislar. Cada una de estas funciones tiene que ser reinventada para ser efectivas.
Todo señala a que no habrá aplanadora, o mejor dicho, ningún bloque legislativo tendrá mayoría simple, menos mayoría calificada, por lo que lo que se tenga que hacer, será el producto de relaciones y alianzas interbancadas. Construir esas relaciones y establecer esas alianzas no será fácil, muchas heridas se han abierto y muchas malas semillas se han sembrado, pero por el bien de mi país, se tendrán que hacer.
El alcance de consensos y el respeto a la palabra dada, serán la base fundamental de la gobernabilidad del país. Estos consensos tendrán que ser sobre la mesa y en puntos claros y verificables.
Hoy concluyo con una palabra sincera de agradecimiento al Ministerio Público y al Ministerio de Gobernación, por el trabajo serio de investigación que realizaron en el caso del asesinato del doctor Augusto Ovalle, candidato unionista a la Alcaldía de San José Pinula. Las capturas de ayer, confirman que si hay voluntad y funcionarios honestos, las cosas pueden hacerse. Exijo que ahora se proceda a hacer justicia y que el castigo a los responsables sea ejemplar. Al partido Lider le demando asumir la responsabilidad política que le corresponde. A la familia del doctor Ovalle, toda mi solidaridad, y mi renovado compromiso por acompañarlos hasta las últimas consecuencias.