Activistas del Hamas mataron a un soldado israelí el jueves durante una incursión en la franja de Gaza mientras Israel conmemoraba el primer aniversario de la guerra contra el Hezbolá en Líbano.
Ese soldado murió y otros dos sufrieron heridas leves durante una incursión del ejército israelí en el sector de Al Bureij, en el centro de la franja de Gaza, el territorio palestino controlado por los islamistas del Hamas desde mediados de junio.
«Un soldado murió durante una operación contra las infraestructuras terroristas en el sector», declaró a la AFP un portavoz militar. Formaba parte de una unidad de infantería apoyada por vehículos blindados y helicópteros de asalto que operaba en Al Bureij.
Según fuentes militares, los activistas palestinos hicieron saltar un artefacto a control remoto y abrieron fuego con armas automáticas livianas contra los soldados.
El brazo armado del Hamas –las Brigadas Ezzedin Al Qassam– afirmó en un comunicado que este soldado había muerto «en una emboscada» tendida por sus combatientes.
Según fuentes médicas, cuatro activistas palestinos fueron heridos, uno de ellos de gravedad, por disparos israelíes durante la incursión. Entre los heridos figuran dos combatientes del Hamas alcanzados por un disparo de misil proveniente de un avión sin piloto, según este movimiento.
Hace una semana, el ejército israelí había efectuado una incursión en el sector cercano de Maghazi, en el centro de la franja de Gaza, donde mató a 11 combatientes palestinos, seis de los cuales pertenecían a Ezzedin Al Qassam, e hirió a 25 personas, civiles y combatientes.
Fuentes militares afirmaron que se trata de «operaciones selectivas que continuarán» y que toman como blanco «a sectores cerca de la frontera para prevenir ataques y obtener informaciones de inteligencia».
Esta incursión en Gaza coincidió con el primer aniversario del comienzo de la guerra entre Israel y el Hezbolá libanés (12 de julio al 14 de agosto de 2006).
En esta ocasión, el primer ministro de Israel, Ehud Olmert, se congratuló durante una gira por la frontera israelo-libanesa ante la calma que reina en ese sector, depués del fin de ese conflicto devastador que duró 34 días.
«Jamás durante los últimos 40 años hubo semejante calma en el norte de Israel», afirmó, agregando que no había tenido «más alternativa» que lanzar la ofensiva en respuesta a los ataques del Hezbolá, que había secuestrado a dos soldados israelíes y matado a otros ocho en la frontera israelo-libanesa.
Esta guerra costó la vida a más de 1.200 libaneses, en su mayor parte civiles, y a 163 israelíes: 119 militares y 44 civiles.
Durante ese conflicto, el Hezbolá disparó unos 4.000 cohetes que obligaron a un millón de israelíes a esconderse en refugios o escapar hacia el sur del país.
Una comisión de investigación gubernamental sobre los errores de esa guerra que ya criticó enérgicamente a Olmert por su gestión del conflicto en un informe preliminar entregará sus conclusiones definitivas a fines de agosto.