La mortal balacera ocurrida en el corazón de la capital de Estados Unidos reavivó el debate sobre el control de armas, pero no es posible saber por el momento si lo hará a nivel legislativo, donde los proyectos de ley en ese sentido han caído en la congeladora por la oposición de los que defienden el derecho de estar armados.
La argumentación en favor de un mayor control de las armas de fuego se ha vuelto un asunto complicado. Apenas la semana pasada, los votantes de Colorado destituyeron a dos legisladores estatales que votaron en favor de leyes de control de armas más estrictas. El presidente Barack Obama, mientras tanto, ha sido incapaz de impulsar ese tipo de legislación en el Congreso.
Mientras las oficinas del Senado eran cerradas a los visitantes el lunes luego del tiroteo en el Astillero Naval de Washington (un ex astillero que hoy día es sede de oficinas administrativas de la Marina de Estados Unidos), los legisladores de ambos partidos ofrecieron sus condolencias a las víctimas. La senadora Dianne Feinstein, una de las principales defensoras de la legislación del control de armas, lamentó la «letanía de matanzas».
«¿Cuándo será suficiente?», preguntó la legisladora demócrata. «El Congreso debe dejar de eludir sus responsabilidades y reanudar un debate serio sobre la violencia contra las armas en este país. Debemos hacer más para poner fin a esta interminable pérdida de vidas», agregó.
Para Obama, fue la séptima matanza con armas de fuego de su presidencia, y desalentado lamentó el fallecimiento de las víctimas en un mensaje que dio desde la Casa Blanca.
«Estamos enfrentando otra balacera masiva, y hoy sucedió en una instalación militar en la capital de nuestro país», dijo el presidente. «Es una balacera que tuvo como objetivo nuestro personal civil y militar. Ellos son hombres y mujeres que van a trabajar, que hacen el trabajo de protegernos. Son patriotas y conocen los peligros de servir en el extranjero, pero hoy ellos enfrentan violencia inimaginable que no hubieran esperado en casa».
Cuando se le preguntó si la masacre reactivaría su llamado para un mayor control de armas, el vocero de Obama, Jay Carney dijo que el mandatario estaba poniendo en marcha medidas ejecutivas y reiteró su compromiso para reforzar las leyes relacionadas con las armas, como ampliar las revisiones de los antecedentes de los compradores que pretendan hacer una adquisición en internet o en exposiciones. «El presidente apoya, igual que la abrumadora mayoría de los estadounidenses, la adopción de medidas de sentido común para reducir la violencia derivada de las armas de fuego», expresó Carney.
La Asociación Nacional de Portadores de Armas (NRA, sus siglas en inglés) se negó el lunes a comentar al respecto.