La Casa Blanca trató ayer de colocar sobre Rusia la responsabilidad del éxito o el fracaso de una opción diplomática para tomar el control del arsenal químico de Siria, mientras el secretario de Estado norteamericano John Kerry se dirigía a Ginebra para trabajar en una propuesta rusa para que inspectores internacionales tomen el control y destruyan el arsenal.
En este último frente, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU se reunieron ayer en la misión de Rusia en la ONU para estudiar los objetivos de una nueva resolución que exija el desmantelamiento del arsenal químico sirio. Los representantes se marcharon sin hacer declaraciones, pero han surgido disputas sobre si tal resolución sería de cumplimiento obligatorio, incluso con el uso de la fuerza militar.
En una columna de opinión en el diario The New York Times, el presidente ruso Vladimir Putin pidió cautela en el tema de Siria y dijo que un ataque potencial de Estados Unidos crearía más víctimas y pudiera ampliar el conflicto más allá de Siria, así como «provocar una nueva ola de terrorismo».
Los rebeldes que habían esperado que una ofensiva militar estadounidense contra el régimen sirio los ayudara, expresaron decepción, aunque no condenaron a Estados Unidos, por la decisión del presidente Obama de irse por la vía diplomática a raíz de un ataque con armas químicas en un suburbio de Damasco el mes pasado, que según Estados Unidos dejó más de 1 mil 400 muertos.
«Estamos solos», afirmó por Skype el combatiente opositor Mohammad Joud, en la destruida ciudad norteña de Alepo. «Siempre lo supe, pero gracias a la conducta vergonzosa de Obama, otros están despertando a esta realidad».
En momentos en que el público estadounidense se centra en el esfuerzo diplomático en vez de la fuerza militar, el vicepresidente Joe Biden y altos funcionarios de la Casa Blanca citaron a representantes de ambos partidos para sesiones de información a puertas cerradas. Esto siguió a una alocución nacional de Obama el martes por la noche en que mantuvo la amenaza de ataques aéreos de Estados Unidos y expresó que era demasiado temprano para decir si la oferta rusa se concretaría.
Jay Carney, secretario de Prensa de la Casa Blanca, declinó fijar una fecha tope a la iniciativa diplomática para solucionar la situación, pero afirmó que colocar el arsenal químico sirio bajo control internacional «obviamente demorará algún tiempo».
«Rusia tiene ahora su prestigio en juego», dijo. Al preguntársele si el prestigio de Estados Unidos también estaba en juego, Carney dijo: «Estados Unidos lidera en estas situaciones. Pero no siempre es popular ni cómodo».
En el Capitolio, la decisión sobre cualquier resolución que autorice una intervención militar en Siria estaba en el aire, incluso como una alternativa que reflejara la oferta diplomática rusa. Los senadores se dedicaron a debatir un proyecto de ley sobre energía.
«La situación ha cambiado mucho», agregó el senador Dick Durbin, demócrata por Illinois, después de una reunión de demócratas de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado. «Queremos asegurarnos de no hacer nada que afecte el curso de los acontecimientos».
Pero eso no impidió que algunos republicanos anunciaran su oposición a la decisión inicial de Obama de lanzar ataques militares y de criticarlo. La senadora Deb Fischer, republicana por Nebraska, acusó al presidente de involucrarse en una «diplomacia de cambio constante de ideas». Sin embargo, el senador John McCain, republicano por Arizona y defensor de una intervención militar estadounidense, dijo que le preocupaba que el plan ruso pudiera ser una táctica dilatoria «mientras la matanza continúa».
En la columna publicada en la página de internet del Times ayer, Putin afirmó que es «alarmante» que la intervención militar en conflictos internos en el extranjero «se ha convertido en algo común para Estados Unidos».
«¿Favorece esto los intereses a largo plazo de Estados Unidos? Lo dudo», escribió Putin. «Millones de personas en todo el mundo ven cada vez más a Estados Unidos no como un modelo de democracia, sino como un país que recurre solamente a la fuerza bruta, formando coaliciones bajo el lema ‘o están con nosotros o contra nosotros’ «.
Putin dijo que se inclina por aprovechar la disposición de Siria de colocar su arsenal nuclear bajo control internacional y recibió de buena gana el interés de Obama en seguir discutiendo la situación de Siria con Rusia. «Si podemos evitar el uso de la fuerza contra Siria, esto mejorará la atmósfera en los asuntos internacionales y fortalecerá la confianza mutua», escribió. «Será nuestro éxito compartido y abrirá la puerta a la cooperación en otros temas críticos».