Un año después de que «Zero Dark Thirty» llegara al debate sobre las escenas de tortura en el cine, varias películas en el Festival de Cine de Toronto presentan historias de tortura y derechos de prisioneros con relevancia contemporánea.
En «Prisoners», un padre furioso (Hugh Jackman) encierra al hombre (Paul Dano) que cree que ha secuestrado a su hija. «The Railway Man» retrata los demonios de un oficial británico (Colin Firth) que sufrió una simulación de asfixia por agua y fue torturado por los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial en Tailandia.
Mientras que «Zero Dark Thirty» buscaba retratar directamente las técnicas de interrogatorios usadas por Estados Unidos al buscar a Osama bin Laden (y fue criticada por muchos que afirmaban que sugería que la tortura rindió frutos para la inteligencia secreta), estas nuevas películas abordan el tema de manera más general y metafórica. Al contemplar la perspectiva de las víctimas y los verdugos, crean preguntas de moral, venganza, perdón y dignidad humana.
En «Prisoners» el director canadiense Denis Villeneuve respondió al guion de Aaron Guzikowski por su forma de presentar «cuestiones morales sobre nuestras acciones en el mundo».
«Me pareció que era un retrato muy exacto de Norteamérica en la actualidad», dijo Villeneuve en una entrevista. «Es bastante brillante la forma en la que Aaron Guzikowki describe las tensiones y cuestiones morales que enfrentamos como habitantes de Norteamérica. Pero lo hace desde un punto de vista íntimo».
La película, que Warner Bros. presentará en cines el 20 de septiembre, trata de las reacciones en una comunidad suburbana después de que desaparecen dos niñas. Cuando la policía, que no tiene suficientes evidencias, se ve obligada a liberar a su principal sospechoso, el personaje de Jackman lo encierra en un edificio vacío y trata de hacerlo confesar a la fuerza.
«Eso era en gran parte el ADN del guion», dijo Jackman sobre la alegoría de la película. «¿Cuáles son los límites de la justicia a nivel nacional?, ¿actuar o no actuar?, ¿seguir el instinto de que estás haciendo lo correcto?»
Jake Gyllenhaal, quien interpreta a un detective tratando de encontrar al secuestrador y a la vez de respetar los derechos de los sospechosos, dice que los temas de la película no significan que trate de entrar en argumentos sobre la prisión militar de Guantánamo o el trato a los terroristas que han sido capturados por las autoridades. En vez de esto, dijo, se trata de las emociones que hay detrás.
«No creo que tenga un mensaje político», dijo Gyllenhaal. «Simplemente lo pone a un nivel doméstico».
«The Railway Man», que se basa en las memorias de Eric Lomax de 1995, se estrenó en Toronto con la esperanza de encontrar distribuidores. Dirigida por Jonathan Teplitzky y con la actuación estelar de Nicole Kidman en el papel de la esposa de Lomax, trata de un hombre traumatizado tras su experiencia como prisionero de la Segunda Guerra Mundial.
Como se puede ver en sus recuerdos, con Jeremy Irvine interpretándolo de joven, Lomax estaba entre los prisioneros obligados a trabajar en la construcción de las vías del ferrocarril de Tailandia a la antigua Birmania (Mianmar). Tras un incidente es golpeado, encerrado en una jaula de bambú y asfixiado con agua.
Años después cuando Lomax se entera de la identidad y la ubicación de su torturador (Hiroyuki Sanada) debe decidir si se vengará. Otra película en el Festival de Cine de Toronto, la cinta biográfica sobre Nelson Mandela «Mandela: Long Walk to Freedom» próxima a estrenarse, también trata de si una persona injustamente encarcelada debe buscar una venganza violenta.
«Estos son asuntos muy vivos», dijo a reporteros en Toronto Frank Cottrell Boyce, autor del guion de «The Railway Man» con Andy Patterson. «No sólo se trata de un momento olvidado de la historia. La forma en la que Eric fue torturado fue simulándole una asfixia por agua. Cuando comenzamos a trabajar en esta película parecía algo anticuado, remoto, y ahora es parte de lo que hacemos en occidente».