Los intereses económicos son mayúsculos debido al profundo amor que una formidable cantidad de personas en todo el globo terráqueo le profesa a lo material. Una cuantiosa cantidad de seres humanos son adoradores de Mammón, quien es el demonio de la avaricia, de la codicia y el materialismo; es el demonio ante el cual se arrodillan todos aquellos esclavos del dinero que habitan en el mundo consumista de la actualidad. Así, más que ningún otro demonio, Mammón reina hoy.
Hace cerca de 11 mil años, la temperatura de la Tierra comenzó a aumentar de modo natural, ocasionando el derretimiento de la última gran glaciación. Gran parte del agua, al pasar del estado sólido al líquido, elevó el nivel de los mares, separó tierras de los continentes, formó islas, incentivó la formación de bosques y de otros ambientes. Posteriormente los científicos dieron a esta nueva fase el nombre de Holoceno.
El ser humano se hizo soberano en el planeta. Con un cerebro perfectamente desarrollado, superó el desafío de las condiciones climáticas y domesticó plantas y animales, inventó la actividad agropecuaria, creó tecnología para el pulimiento, inventó la rueda, el telar, la metalurgia, la banca y los sistemas financieros. Creó ciudades, imperios, represas, irrigación y drenajes. Varias civilizaciones sobrepasaron los límites de los ecosistemas en los que se irguieron, generando crisis ambientales que contribuyeron a su fin. La voracidad económica se elevó como un monstruoso holocausto a Mammón.
Leonardo Boff menciona que es evidente que los países industrializados no quieren abdicar de su posición; los países emergentes quieren alcanzar a los industrializados, y los países pobres quieren ser emergentes. Mientras no exista entendimiento acerca de los límites del planeta, es inútil pensar en justicia social y desarrollo económico. Por consiguiente, el ambiente es más importante que lo social y lo económico, ya que sin él no se puede encontrar solución para los otros dos. Por otro lado, el concepto de eco desarrollo parece ser el más correcto como táctica y estrategia.
Según un columnista del Diario La Hora existen científicos, escritores, periodistas, columnistas, etcétera, que han hecho mediciones y escrito sobre el calentamiento global a través de los años arrancando desde 1350 y han descubierto que la Tierra ha sufrido calentamientos y enfriamientos naturales durante la historia climática de la Tierra.
Razonando el artículo del distinguido columnista, para él no existe la huella ecológica dejada por la humanidad y el calentamiento global es una farsa. El concepto de huella ecológica se refiere al grado de impacto ecológico producido por un individuo, una actividad, una economía o una sociedad regional y global. Europa grabó marcas profundas con la expansión marítima. Impuso su cultura a otras áreas del planeta; el mundo se occidentalizó y profanó poderosamente el ambiente.
El columnista referido finaliza su artículo expresando que: “En el mes de mayo del presente año, la revista ´Forbes´ publicó un artículo, cuyo autor es Peter Ferrara, denominado ´Para el horror de los alarmistas del calentamiento global, el enfriamiento global está aquí´.” (sic)
Por lo visto, ni el columnista, la revista “Forbes” o Peter Ferrara han logrado ver el caos climático que se presenta en el mundo. La hambruna ronda. Pero lo peor es que para los adoradores del capitalismo salvaje, “El enfriamiento global” de Peter Ferrara es tan terrible que, seguramente es lo que está derritiendo los monumentales glaciares y los polos terrestres; con la cauda del peligro de extinción de la flora y fauna que residen en esas latitudes, de acuerdo a la información mundial escrita y gráfica que puede verse constantemente en los medios de comunicación.
Sugiero al estimado lector que vea el sitio http://derretimientodelospolos10b.blogspot.com/. La adoración a Mammón arruinará la Tierra.