La trata de personas no tiene clase social, es un fenómeno de grandes dimensiones y un delito que no respeta al ser humano, ni sus diferencias sociales, según Refugio de la Niñez, en su boletín institucional.
De acuerdo con la entidad, la trata de personas es un delito con 16 modalidades que se ha incrementado alarmantemente en los últimos años, todas las acciones que realizan los grupos organizados son actos inhumanos en contra de la vida de niños, niñas, adolescentes, mujeres y hombres.
Datos de Naciones Unidas revelan que este delito mueve al año alrededor de 31 mil millones de dólares y que es uno de los flagelos más rentables del mundo junto al narcotráfico y el tráfico ilícito de armas.
Entre quienes se benefician están las propias familias, pasando por las personas que las engañan, secuestran y explotan, hasta los clientes que hacen uso de los servicios sexuales remunerados con personas menores de edad, un delito tipificado.
La entidad destaca en su boletín que actualmente da seguimiento a 180 casos penales de violencia sexual y 81 casos penales en el tema de trata de personas.
Para Refugio de la Niñez este es un momento oportuno para trabajar contra estas acciones inhumanas, por lo que invita a instituciones como la familia, la iglesia y el Estado, que asuman un compromiso firme y con responsabilidad de luchar para erradicar este flagelo.
La trata de personas debe darse a conocer y convertirse en un tema de debate, análisis y de compromiso de parte de quienes pueden contribuir al bien de los niños, niñas y adolescentes.
Finalmente, Refugio de la Niñez indica que la trata de personas es una forma contemporánea de esclavitud, un delito de lesa humanidad y una acción inhumana.
El Departamento de Estado, de Estados Unidos, en su informe anual 2012 sobre la situación de la trata, recomendó a Guatemala investigar las diversas formas de este delito, así como condenar a quienes lo cometan, además subrayó que el país Centroamericano se ubica en el nivel dos, por ser fuente, tránsito y destino para hombres, mujeres y niños víctimas, que son tratados con fines de explotación sexual, comercial y trabajo forzado.