Rosa Leal de Pérez figura en pocas actividades oficiales, pero cuando lo hace, siempre es junto a su esposo, con una amplia y firme sonrisa, y con un limitado acceso a los micrófonos. La esposa de Otto Pérez Molina retomó el papel de la Primera Dama tradicional que había quedado en el olvido en el gobierno pasado con Sandra Torres y que ahora pasa desapercibido para la mayoría de los guatemaltecos.
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Primera Dama es un título no oficial que se concede por tradición a la esposa del Presidente de turno, que a lo largo de los años ha sido una figura decorativa y sin trascendencia en los gobiernos.
El cargo no figura en la Constitución ni en otro documento legal del Gobierno, con excepción de lo referente a la Secretaría de Obras Sociales de la Esposa del Presidente (SOSEP), aunque esa instancia no es dirigida por la Primera Dama.
En la actualidad, la Primera Dama es la esposa del presidente Otto Pérez, Rosa Leal de Pérez, quien mantiene un perfil bajo en los medios de comunicación y pocas veces se le observa en las actividades oficiales, siguiendo los pasos de Evelyn Morataya de Portillo y Wendy Widmann de Berger.
Leal de Pérez ha retomado el papel tradicional de la esposa del Presidente, que había sido transformado por Sandra Torres de Colom, quien terminó abruptamente con ese cargo al divorciarse de Álvaro Colom para intentar ser candidata presidencial.
¿QUÉ HACE?
Los informes oficiales dejan ver que Leal de Pérez se ha dedicado a representar a la SOSEP, acompañar al Presidente en viajes oficiales y participar en obras sociales y de caridad.
También acompañó a Pérez Molina a la investidura del presidente Enrique Peña Nieto en México, en la visita oficial a España, al encuentro con el Papa Benedicto XVI y recientemente a un viaje a Taiwán.
En su agenda ordinaria se encuentran actividades relacionadas con la SOSEP, participación en obras de atención a mujeres y menores en riesgo, y más recientemente, un encuentro regional de primeras damas.
Los canales oficiales informan poco sobre su vida; ni siquiera figura en la biografía del presidente Otto Pérez Molina y tampoco en el portal de la SOSEP.
Para este reportaje se trató insistentemente de obtener una entrevista con la Primera Dama, pero el equipo de comunicación de la SOSEP, no respondió al correo enviado ni a las constantes llamadas, ya que se quería conocer la postura de Rosa Leal de Pérez sobre su papel.
EL CONTRASTE
Rosa Leal de Pérez destaca por su papel contrastante en comparación con su antecesora, Sandra Torres, quien rompió con el diseño de la figura de la Primera Dama y buscó protagonismo en el gobierno de su ahora exesposo, Álvaro Colom.
Torres fue una primera dama que se involucró en el gobierno ocupando las funciones que en alguna medida le correspondían al Vicepresidente de ese entonces, Rafael Espada.
El protagonismo que se gestó en el pasado por parte de Sandra Torres ahora no se observa en Rosa Leal de Pérez, pues su papel ha sido mucho más discreto, lo que según analistas, evidencia su interés para “no hacer sombra” en su esposo.
Cristhians Castillo, analista del Instituto de Problemas Nacionales de la Usac, dice que con Leal regresó la figura de la Primera Dama tradicional, una posición menos controversial y mediática que no le hace sombra al Presidente, como sucedió con el Gobierno anterior, en el que prácticamente la imagen de Sandra Torres llegó en un momento a absorber la figura presidencial.
Sin embargo no puede volver con la misma comodidad que tenían las primeras damas anteriormente. “Me parece que Rosa de Pérez ha tenido la cautela de no acomodarse tanto, se le ha visto con un nivel de empatía o energía con algunos sectores, y ciertamente pareciera que le está tocando llevar un tema olvidado para este gobierno que es la tercera edad; a ella se le ha visto en los programas vinculados a estas personas”, dice Castillo.
COMPETENCIA
El analista indica que nunca antes la Primera Dama había compartido la escena pública con una Vicepresidenta. Es decir, dos mujeres en altos cargos.
En este caso la vicepresidencia es un elemento que está concentrando la atención de política de género, mientras que antes las primeras damas realizaban ese trabajo; no entraba en competencia con nadie en el gabinete, considera el analista de IPNUSAC.
“Ahora si vemos una clara identificación de la cobertura mediática e interés de los medios de comunicación al centrarse en la figura de la Vicepresidenta. Eso ha llevado a que la Primera Dama no figure para no entrar en controversia, puesto que en los pocos eventos en los que han coincidido pareciera que hubieran algunos roces y eso se pudo notar en la toma de posesión”, indica Castillo.
Ahora bien Castillo señala que la figura de Sandra Torres rompió con la tendencia de la figura de una primera dama vinculada a actividades de caridad y logró introducirse en la política con el planteamiento de los programas sociales.
Torres dejó SOSEP para pasar a tomar el liderazgo del Consejo de Cohesión Social, lo que le dio a la figura de la esposa del Presidente una dinámica distinta de mucho empuje y de decisión política.
Además dice que Torres usurpó en alguna medida las funciones que le correspondían al Vicepresidente, lo cual se marcó en la primera reunión de gabinete presidencial, y posteriormente hasta le hizo sombra al Presidente.
“La diferencia que marca Sandra Torres en la historia política del país en ser de Primera Dama, es que ella tenía un interés político y eso la lleva a tomar una posición muy activa dentro del Gobierno y en algunas veces se pensaba que era ella la que tomaba las decisiones, y eso respondía al proyecto político que estaba detrás de ella”, señaló Castillo.
DEPENDE DE LA PERSONALIDAD
Renzo Rosal, director de Incidencia Política de la Universidad Rafael Landívar, indica que aunque la función de la Primera Dama no esté plasmada dentro de la Constitución ni en la ley del Organismo Ejecutivo, termina dependiendo de la personalidad de cada quien.
Rosal recuerda a Evelyn Morataya de Portillo como una primera dama joven, pero con una posición mediática relativamente mínima y que no asumió muchas de las funciones, caso contrario a Raquel Blandón de Cerezo, que en su momento fue una primera dama vigente.
En el caso actual, el analista opina que de Pérez es una primera dama que tiene un papel de un esquema más tradicional muy parecido a la esposa del expresidente Óscar Berger, Wendy de Berger al tener control sobre la SOSEP y sobre la Secretaría de Bienestar Social (SBS).
“Creo que el papel de la Primera Dama ha dependido de dos cosas: La primera, la personalidad y la segunda, de cuánto espacio se le asigne y su margen de maniobra”.
A criterio de Rosal, la Primera Dama Rosa Leal de Pérez, se ha adecuado a las posibilidades y no ha peleado espacios. Por el contrario, se ha quedado limitada al espacio que le ha tocado, asumiendo el papel tradicional de la esposa del Presidente.
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PRIMERAS DAMAS
Wendy Widmann de Berger fue la Primera Dama de Guatemala durante el período del 14 de enero de 2004 al 14 de enero de 2008, esposa del expresidente de Guatemala, Óscar Berger. Wendy de Berger se manifestó con claridad en los programas de desarrollo social: «Amigos de la Escuela», «Creciendo Bien», «Manos a la Obra» proyectos en los que involucraba a los miembros de sus comunidades para generar su propio cambio.
De Berger estuvo al frente de la Secretaría de Obras Sociales de la Esposa del Presidente de la República de Guatemala (SOSEP), cuya misión es promover y apoyar acciones en educación y salud que incidan de manera positiva en una generación de guatemaltecos y guatemaltecas sanos y con oportunidades de desarrollo.
Evelyn Morataya de Portillo fue la Primera Dama de Guatemala en el periodo 2000-2004, exesposa del expresidente Alfonso Portillo. La Primera Dama más joven que ha tenido Guatemala.
También fue una de las primeras damas más tradicionales, pues se dedicó a los asuntos de la Secretaría de Obras Sociales de la Esposa del Presidente sin figurar tanto en los eventos presidenciales, se suscribió a las tareas asignadas de la SOSEP, y al cuidado de su hija Gabriela.
Sandra Torres de Colom es la exprimera dama de Guatemala y exprecandidata presidencial por parte del partido de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE). Fungió como coordinadora del Consejo de Cohesión Social, coordinando e impulsando los programas sociales y fortalecimiento de las políticas sociales del gobierno del expresidente Álvaro Colom.
El 8 de abril del 2011 se divorció de Álvaro Colom, abriendo la posibilidad de participar en las elecciones presidenciales de septiembre de 2011. Este divorcio generó indignación y duras críticas de parte de la oposición que lo denunciaron como un «fraude a la ley».
El 8 de agosto de 2011, Sandra Torres quedó oficialmente fuera de la contienda electoral según la resolución de la Corte de Constitucionalidad, actualmente se prepara como la candidata presidencial de la UNE.
Cristhians Castillo
Instituto de Problemas Nacionales de la Usac