Señor Presidente, si desea mejorar la condición económico-social de la gran mayoría de los guatemaltecos, como es su obligación, usted y el Gobierno tienen que aumentar de inmediato los salarios mínimos, duplicar la desactualizada bonificación salarial y permitir la libre importación de productos alimenticios: huevos, cereales, pastas, harinas, carne de pollo y de res, de cualquier país limítrofe o del área centroamericana.
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Si en Guatemala los precios de esos productos son mayores a los que rigen en los países indicados, el no permitir la importación evidencia que la libre competencia no existe y que se protege a través de aranceles, cuotas y privilegios a los productores nacionales que no compiten en producir esos mismos bienes a precios competitivos con México y Centroamérica.
A medio plazo usted tiene que crear escuelas técnicas, educación agrícola a diferentes niveles para que la población, especialmente los jóvenes, puedan tener oportunidades de trabajo y condiciones salariales que reduzcan la inmigración, el autoempleo y el desempleo. Si alguien le dice que no se puede hacer, compare lo que en esos aspectos se hizo en el gobierno 2000-2004. Todo ello reducirá la pobreza, la desnutrición y hará atractivo al país para una inversión sana y segura.
En cuanto al Presupuesto de Ingresos y Egresos del Estado, en las compras y adquisiciones debe asignar a la Secretaría General de Planificación, (Segeplan), al Banco de Guatemala o al órgano que usted considere adecuado de supervisión y comprobará que en los últimos 15 años el Presupuesto de Ingresos y Egresos se ha duplicado sin que ello signifique mejor bienestar a nivel nacional.
También esos organismos podrán hacer un estudio que evidenciará lo que permanentemente los medios de comunicación social señalan, que el Estado actual, más que en ninguna otra época de la historia del país, no respeta y aplica la Ley de Compras y Contrataciones en la adquisición de armas, equipos, raciones alimenticias, vestuario, materiales didácticos, libros, materiales de construcción, láminas, pilas, medicamentos y equipo quirúrgico que compra directamente y al así hacerlo no está pagando los precios a que privadamente se venden y adquieren esos mismos productos, por lo que a pesar de estar utilizando la vía de excepción, los costos y la calidad de muchos de esos bienes son superiores a los precios promedio del mercado nacional, lo que hace presumir que muchos de los compradores, a todos los niveles, están siendo beneficiados por incumplir la ley que rige al Estado y además perjudicando a la población por cuanto los impuestos están inadecuadamente siendo administrados, tanto en el Ejecutivo como en el Legislativo y más grave aún en las municipalidades del país.
Por experiencia sé que averiguarlo es fácil, enmendarlo es difícil, más no imposible. Recuerde los meses en que usted fue comisionado presidencial en el Gobierno de Berger, época en la cual denunció muchos hechos. Qué impide que al concluir su gobierno un comisionado presidencial, la Contraloría General de Cuentas o el Ministerio Público procedan de la misma forma y ello implique que su Gobierno pueda ser señalado como el que más irregularidades y corrupción han tenido en la historia del país. La diferencia está en sus manos, nadie dice que sea fácil; sin embargo, hay que hacerlo aunque implique enemistades de quienes son miembros de Gobierno y parte del partido que le llevó a usted y a la vicepresidenta Roxana Baldetti a los puestos que actualmente ocupan. Sea estadista y no gerente.
¡Guatemala es primero!
Continuará.