El presidente Rafael Correa propuso ayer extraer crudo en el Parque Nacional Yasuní, con lo que pone fin al mayor proyecto ambiental de Ecuador.
El proyecto proponía dejar bajo tierra una importante reserva de crudo en una prístina zona de la amazonia a cambio de donaciones económicas internacionales.
El mandatario explicó que la explotación que propone no afectaría más del 1% del total de la superficie de la reserva.
En una cadena nacional de radio y televisión, dijo que «la iniciativa se adelantó a los tiempos, y no pudo o no quiso ser comprendida» por la comunidad internacional.
«Con profunda tristeza, pero con absoluta responsabilidad con nuestro pueblo y con la historia, he tenido que tomar una de las decisiones más difíciles de mi gobierno …he firmado el decreto ejecutivo para la liquidación de los fideicomisos Yasuní-ITT y con ello poner fin a la iniciativa».
Destacó que también solicitó a la Asamblea «la declaración de interés nacional el aprovechamiento del petróleo en el Yasuní, utilización que afectará…menos del 1% del parque Yasuní, que tiene más de un millón de hectáreas».
«Lamentablemente tenemos que decir que el mundo nos ha fallado, existen apenas 13.3 millones de dólares en fondos disponibles depositados en los fideicomisos», afirmó Correa. «No era caridad lo que pedíamos a la comunidad internacional, sino corresponsabilidad frente al cambio climático».
Señaló que el fracaso de la propuesta se produjo debido a que su carácter innovador no fue entendido, coincidió con la mayor crisis económica mundial de los últimos tiempos y por «la gran hipocresía» de los responsables del cambio climático, en quienes prevalece la lógica del poder y no de la justicia.
El proyecto empezó en 2007 impulsado por el mandatario, y consistía en pedir donaciones por 3,600 millones de dólares a la comunidad internacional a cambio de dejar bajo tierra 846 millones de barriles de crudo ubicados en las reservas denominadas Ishpingo, Tambococha y Tiputini del Parque Nacional Yasuní, que en 1989 fue declarado por la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como reserva mundial de la biosfera, en atención a su gigantesca diversidad animal y vegetal.
Ecuador aseguraba que en caso de que ese petróleo pesado sea explotado podía producir al menos 7.200 millones de dólares.
El investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) de la iniciativa Yasuní-ITT José Fuentes imdicó a The Associated Press que «en este momento se impone el pragmatismo económico de una matiz desarrollista del gobierno… frente a la ilusión ambientalista de mantener sin tocar una importante reserva natural».
Destacó que la concepción misma de la propuesta también atentó contra su viabilidad «porque si cualquier país entregaba fondos a Ecuador con el mismo derecho podían exigir dinero otras naciones con proyectos similares y, finalmente, estaba sobre el tapete el debate de quién debe ser responsable de los daños ambientales generados por el petróleo».
Los principales grupos indígenas, de ecologistas y de izquierda habían demandado el miércoles que la decisión acerca del futuro de esta propuesta ambiental fuera decidida mediante una consulta popular.
Matt Finer, científico del Centro de Derecho Ambiental Internacional, con sede en Estados Unidos, expresó consternación por lo decidido.
«Es profundamente decepcionante que este modelo alternativo para mantener las reservas de petróleo y gas en los bosques megadiversos no funcionó», afirmó a través de correo electrónico.
«La Iniciativa Yasuní-ITT es la única excepción a la expansión incesante de proyectos de hidrocarburos en las zonas más remotas de la Amazonía occidental. Ahora no hay realmente ninguna alternativa viable para detener la ola de perforación prevista para la región con mayor biodiversidad del mundo», añadió.
La firma privada de encuestas Perfiles de Opinión destacó que en agosto del 2011 el apoyo a dejar bajo tierra el petróleo en el Parque Nacional Yasuní estaba en 83.7%, mientras que en junio del 2013 había llegado a 92.7%, de acuerdo con estudios que hace regularmente para sus suscriptores.
El director de la iniciativa ecologista Amazonia por la Vida, Patricio Chávez, expresó a la AP que atar la recolección de fondos a la supervivencia de esta iniciativa ambiental «es uno más de los desaciertos de la estrategia con la que se manejó la iniciativa … fue una situación de: o pagan o exploto».
En el Parque Nacional Yasuní, en medio de la amazonia ecuatoriana, hay al menos dos pueblos en aislamiento voluntario: los tagaeri y los taromenane. Nadie sabe con certeza su número, pero se estima que podrían ser unos pocos cientos de personas.
El petróleo es la principal fuente de ingreso de divisas de Ecuador.