La facción de Al-Qaeda en Irak asumió la responsabilidad por los ataques que mataron a 69 personas durante la festividad musulmana que conmemoró el fin de mes sagrado del Ramadán.
Los ataques del sábado se enfocaron principalmente en restaurantes y mercados. Fueron los más recientes en una ola de violencia que ha azotado Irak desde abril, y en la que han muerto más de 3 mil personas. Los ataques han enardecido las diferencias entre la minoría suní iraquí y el gobierno chií.
El Estado Islámico de Irak y el Levante, como se hace llamar el grupo afiliado a Al-Qaeda, dijo ayer en un comunicado que las explosiones fueron en represalia por el arresto de cientos de musulmanes por parte de las fuerzas de seguridad iraquíes.
La autenticidad del comunicado no se pudo verificar de manera independiente, pero se publicó en un portal de internet usado comúnmente por extremistas.