El terrorismo y la lucha contra los mecanismos de control


EDUardo-Blandon-2013

Me parece que el caso Snowden ha dejado al desnudo no solo el pragmatismo de la política del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, sino la voluntad imperial de tener casi todo bajo control.  Los demás somos espectadores sin iniciativa ni imaginación que contemplamos semiimpertérritos cómo se maneja el ajedrez de las grandes potencias.

Eduardo Blandón


Que nosotros, los países de la periferia, estemos pasivos ya es deplorable, pero que las potencias europeas hagan mutis, es imperdonable.  Quizá las causas sean complejas, pero sobresalen tanto la falta de liderazgos con imaginación y personalidad, como economías en crisis que hacen que las naciones estén vulnerables.

La crítica ha quedado expuesta en el Editorial de Le Monde del fin de semana, que reconoce la actitud crítica de los alemanes y voces de protesta dentro de los mismos Estados Unidos.    Lo que ha desatado Snowden, escribe el diario francés, es un debate real sobre el equilibrio a encontrar entre seguridad y libertad.

Hay un acuerdo generalizado de que la erosión de las libertades públicas ocasionadas por el espionaje desproporcionado y fuera de control de los Estados Unidos no tiene justificación.   La seguridad no tiene porqué excluir la libertad. No es una cosa u otra.  Pero no es fácil encontrar ese equilibrio indicado y requiere más sesos y menos músculos, como se hace ahora.

Y aquí es donde ha fracasado Barack Obama al no encontrar la fórmula que permita una salida de respeto de los Derechos Fundamentales.  Su política ha caído en un pragmatismo dañino que obstaculiza las relaciones cordiales entre los países y la percepción del ciudadano norteamericano.  De aquí que muchos estén decepcionados por el continuismo de sus estrategias respectos a gobiernos recientes.

Le Monde lo señala así: “La evolución de Barack Obama es espectacular.  Brillante teórico de ‘la guerra justa’ frente al Comité Nobel, se ha revelado gran practicante de las guerras secretas: el recurso abundante de los drones y las escuchas electrónicas mundiales.  El admirador proclamado de Martin Luther King aparece sin cesar en camino de las contradicciones inherentes al rol de ‘comandante en jefe’”.
 Frente a esos abusos de poder, nosotros debemos empezar a ser cautelosos. Desarrollar en primer lugar una cultura de respeto de los Derechos Humanos y en segundo lugar, ejercer la crítica contra quienes bajo cualquier pretexto, conculcan las libertades de las personas. Hay que poner la barba en remojo.