Guatemala es un país muy joven. Según estimaciones del Instituto Nacional de Estadística, para el 2011 el país tendría 14,713,763 habitantes de los cuales, 10,211,887 serían menores de 30 años. Y bueno, eso está bien, sobre todo si pensamos la angustia que viven algunos países europeos por la longevidad de sus habitantes, sin embargo, del total de jóvenes guatemaltecos el 51% de la juventud vive en condiciones de pobreza, que en este país significa, poco o nada de acceso a educación y salud, discriminación y más riesgo a ser víctima de la violencia.
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Por eso, saber que existe una propuesta legislativa que busca crear un marco jurídico que promueva el desarrollo integral de los y las jóvenes de Guatemala, estableciendo sus derechos y deberes, así como las obligaciones e instituciones del Estado para el impulso de las políticas públicas, programas y proyectos comunes, es algo alentador.
Quizá exagero, será confortante en el momento en que esté aprobado y cuando exista voluntad política y presupuesto para que camine. No obstante, es maravilloso ver cómo muchos, cientos tal vez de jóvenes, si no es que más están movilizándose y haciendo esfuerzos para que sus derechos se respeten, la iniciativa de ley que se encuentra pendiente de tercera lectura se apruebe y así dejar de ser un sector aislado –algo curioso, por la cantidad que son– de las políticas y planes de los Gobiernos.
De ahí su importancia, porque definirá y reconocerá a los jóvenes como sujetos de derechos, enfocándose en garantizar su desarrollo integral, es decir, garantizar el conjunto de las dimensiones biológicas, psicológicas, económicas, políticas, sociales, culturales y espirituales que potencializan su participación en la sociedad, a través del ejercicio de sus derechos y deberes.
La Ley propone un “sistema nacional para el desarrollo de la juventud”, que comprende el conjunto de instituciones estatales que tienen bajo su responsabilidad la formulación y ejecución de políticas públicas orientadas a la juventud, también se promoverá la descentralización de la participación juvenil a nivel departamental y municipal.
Por eso, a través de este espacio hago un llamado a las y los jóvenes para firmar para que esta ley se apruebe visitando el Parque Central el domingo 11 de agosto a partir de las nueve horas y disfrutar de un festival maravilloso, en donde el talento, la sensibilidad y la fuerza de la juventud guatemalteca se harán visibles.
Y luego el martes 13 de agosto, frente al Congreso de la República, de 9:00 a 12:00 horas, apoyen la entrega de las 10 mil firmas que seguramente recolectarán para la aprobación de la Ley Nacional de la Juventud. Como dice la campaña “Yo le entro a la Ley de la Juventud”… ¿y ustedes?