Un panel de diplomáticos, políticos y empresarios estadounidenses y mexicanos se reunieron en Texas para discutir el comercio a través de la frontera, inversiones en infraestructura y reforma de inmigración.
La agenda de la conferencia de Competitividad EEUU-México se centró en las relaciones entre los dos países. La reunión tuvo lugar el miércoles en la Universidad de Texas en El Paso, al otro lado de la frontera de Ciudad Juárez, México.
«La verdad sobre la frontera no está en Washington ni en Ciudad de México. Tienes que venir a la frontera para conocer la verdad», dijo el embajador mexicano Eduardo Medina.
El evento, auspiciado por la universidad y por el Consejo de las Américas, se centró en las relaciones económicas bilaterales casi 20 años después de que se implementase el Tratado de Libre Comercio.
El representante demócrata Beto O’Rourke, fustigó el plan incluido en la propuesta de ley de reforma de inmigración aprobada recientemente en el Senado que contempla gastarse 46-000 millones de dólares para aumentar al doble la Guardia Fronteriza y construir casi 1.126 kilómetros (700 millas) de cerca en la frontera, mientras que los puertos de entrada siguen con insuficiente personal.
«En un momento de comercio récord entre los dos países, y récord de baja en la inmigración desde México, no tiene sentido», dijo O’Rourke. En Lugar de ello, el representante se pronunció por usar una porción de ese dinero para contratar agentes de Aduanas y Protección Fronteriza para poder agilizar el proceso de inspección en los cruces.
El Paso fue seleccionada recientemente para un programa federal piloto en el que partes privadas o de gobiernos locales ayudarán a costear el agregado de agentes adicionales a las líneas de ingreso en los cruces en horas pico, para reducir el tiempo de espera, que a veces se extiende a horas. La municipalidad decidió que un incremento en las tarifas carreteras ayudará a conseguir los fondos necesarios.
Entre los oradores en la conferencia estuvieron Anthony Wayne, embajador estadounidense en México, el secretario de Estado de Texas John Steen y el congresista mexicano Javier Treviño, además de empresarios de los dos países.