En los últimos diez años, Guatemala ha pasado a ser un emisor neto de CO2, el principal gas de efecto invernadero y del cambio climático; las autoridades ambientales han argumentado que las emisiones son escasamente significativas cuando se contrastan con las globales, sin embargo, la brecha entre emisiones y remociones se hace más profunda cada año.
De acuerdo con el Perfil Ambiental de Guatemala, elaborado por el Instituto Agricultura, Recursos Naturales y Ambiente (IARNA), de la Universidad Rafael Landívar (URL), las dinámicas de las actividades productivas con alto potencial de emisión de CO2, así como las posibilidades de incrementar la recuperación de la masa vegetal gas, indican que esta situación no cambiará en el mediano plazo.
Los análisis de los efectos del cambio climático muestran que el país está ubicado en una región donde la temperatura está en aumento, las precipitaciones son más intensas y el número de días húmedos consecutivos ha disminuido, añade la publicación.
Según los resultados, en Guatemala los impactos de la variación climática se manifestarán en plazos relativamente cortos y la biodiversidad se situará fuera de su zona de confort; esas variaciones climáticas obligarán a algunas especies a migrar, adaptarse o desaparecer.
Sin embargo, los dramáticos impactos socioeconómicos de fenómenos meteorológicos como huracanes, tormentas o depresiones tropicales, más que tener un origen directo en el cambio climático, son una manifestación concreta de los problemas estructurales de la sociedad guatemalteca, entre ellos la pobreza, la mala distribución de la tierra, la exclusión y discriminación, la impunidad, la corrupción.
Las nuevas condiciones ambientales generadas por el cambio climático tienen implicaciones en todos los aspectos de la vida nacional y enfrentarlas con relativas probabilidades de éxito, requiere de información y recursos, añade la investigación.
En el caso de la información, Guatemala precisa conocer cuáles serán las manifestaciones y la envergadura de las alteraciones inducidas por el cambio climático, mientras que en relación con los recursos, se debe trabajar en la creación de capacidades en la sociedad guatemalteca para adaptarse a estas variaciones.
En contraposición, según el documento “Posición de Guatemala en Río+20: Hacia el Desarrollo Sostenible”, divulgado por el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN) durante la 20ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible (Rio+20), el año pasado, el país muestra avances en la adaptación al cambio climático, desde una perspectiva de desarrollo sostenible.
La publicación gubernamental destaca que Guatemala se encuentra entre los 10 países más vulnerables a los efectos del cambio climático en el ámbito mundial; en ese momento, el Poder Ejecutivo consideró propicio la celebración de los 200 años de independencia, el 15 de septiembre del 2021, como una coyuntura propia para rendir cuentas de los avances en materia de desarrollo sostenible y de la mejora de las condiciones ambientales.