“He has a right to criticise, who has a heart to help”. Abraham Lincoln
El 7 de noviembre de 2012 el departamento de San Marcos fue sacudido por un violento fenómeno natural que cobró vidas, derrumbó casas y cualquier otra infraestructura en su camino. Además destruyó vidas, aún vivas, en lo físico y en lo emocional.
La memoria episódica y emocional en las personas, jamás podrá borrarse de sus mentes. Cada vez que haya un movimiento similar, diurno o nocturno, o un sonido que les recuerde el terremoto, vivirán de nuevo el terror de ese día.
El terror arraigado se demuestra en el comportamiento posterior. Puede ser en múltiples formas pero sí, hay secuelas fuertes. El mayor trauma lo sufren los niños porque no saben por qué sucedió lo que destruyó su casa, que lo dejó sin juguetes que después encontró enterrados entre los escombros que dejó ese desastre natural.
Los niños se confunden, no saben por qué se sienten como se sienten. Sienten un vacío en el estómago y esta vez no es por hambre sino por no poder hacer algo que cambie la realidad que únicamente existe en ansiedad. Ese vacío que afecta su mente, sus emociones y su comportamiento, se llama Post-Traumatic-Stress-Disorder. Es lo mismo que si estuvieran en Afganistán en el frente bélico por varios años y al regresar a la vida civil continúan con vívidos sueños sobre los eventos violentos a los que ellos escaparon y recuerdan a compañeros que no lo lograron. Esa es la reacción de los niños en San Marcos después del 7 de noviembre pasado.
Es indispensable ayudarlos. No es crítica al Ministerio de Educación porque no envía materiales o porque tantos niños no aprobaron el año; escribo para felicitar a las autoridades del Ministerio por su preocupación y sensibilidad afectiva hacia los niños ante semejante destrucción emocional.
Las autoridades de este Ministerio, buscaron ayuda para atender el grave problema en San Marcos. La búsqueda encontró respuesta en UNESCO quien consiguió los fondos para crear un programa específico para atender la parte emocional en los niños que como dije antes, nunca van a olvidar lo sucedido pero sí se les puede ayudar a manejar mejor sus emociones ahora, y en el futuro.
La estrategia del Ministerio es capacitar a maestros específicamente con materiales creados en Guatemala por el Ministerio con apoyo de UNESCO. El Programa se llama “Paletita de colores”. No tengo que explicar el significado del nombre. El propósito específico es apoyar la parte psicosocial de la niñez afectada; es reconstruir la inteligencia emocional de cada niño para el manejo de sus emociones; lo hacen por medio de juegos, actividades lúdicas que ayuden a los niños a expresar lo que han guardado en ese vacío de sus estómagos.
Estoy seguro que cuando los niños crezcan, van a recordar con agradecimiento a las autoridades del Ministerio y a UNESCO el que les ayudaran a mantener su estabilidad emocional.