En una reunión la semana pasada salió a relucir el término Cleptocracia, término que inmediatamente captó mi atención. Decidí buscar si esta aparecía en la RAE y no fue así, por lo que me dirigí al Internet y busqué allí su definición. El resultado fue el siguiente:

“Cleptocracia (del griego clepto, ‘quitar’; y cracia, ‘fuerza’ = dominio de los ladrones) es el establecimiento y desarrollo del poder basado en el robo de capital institucionalizando la corrupción y sus derivados como el nepotismo, el clientelismo político, el peculado, de forma que estas acciones delictivas quedan impunes, debido a que todos los sectores del poder están corruptos, desde la justicia, los funcionarios de la ley y todo el sistema político y económico.”(Wikipedia).

Me sentí sorprendido al descubrir que una palabra puede describir lo que se vive en Guatemala. El adjetivo “Fallido” cuando nos referimos a Estado es Fallido es un calificativo que no deja saber la razón por la cual un Estado se encuentra en esas circunstancias. La Cleptocracia Electoral que tenemos como sistema político en el país es el verdadero origen del Estado Fallido que vive Guatemala. Este cáncer ha crecido hasta encontrarnos con un Estado desahuciado. El tema es que cada gobierno se vuelve más sínico y descarado que el anterior en su cleptomanía y como la población no dice, ni hace nada al respecto, la orgía continúa.

Los bonos me tienen muy inquieto. Según reportó La Hora ayer, ya se tienen identificados los adeudados y montos. Lo que aún no queda claro es si la obra se llevó a cabo o no.

Hay condiciones mínimas que se debieran cumplir para que pasen la deuda del Bono:

1) Establecer y auditar claramente a quién se le debe, cuánto se le debe y por qué se le debe.
2) Encontrar y procesar los funcionarios que incumplieron con la ley y deducir responsabilidades al autorizar obras fuera de presupuesto.
3) Antes de aprobar cualquier bono se deben pasar las 14 leyes de transparencia que están en el Congreso desde hace años y que el Presidente ofreció pasarlas después de pasar la “Ley de Actualización Tributaria”; esto hace más de un año y medio.
4) Tipificar como delito, la ejecución de cualquier obra que no esté aprobada por presupuesto. Tanto para el funcionario que otorga la obra como para el contratista que la recibe.

Por ahora los bonos aparentemente no van a ser aprobados. Pero creo que si se dan las “condiciones adecuadas”, el Congreso podría dar la sorpresa y aprobar de emergencia la emisión de dichos bonos.

Al final todos somos parte de la corrupción con nuestro silencio culposo, nuestra omisión al callar. Muy rectos e inmaculados podremos ser, pero si callamos somos tan culpables como los mismos ladrones. Ellos roban porque nosotros lo permitimos. Al ciudadano que no se mete con nadie, le toca defender la democracia haciéndose oír, tan solo para que nunca le reclamen que nunca hizo nada y que no le quede en la conciencia de que su silencio cómplice lo hizo parte del problema, parte de la corrupción y parte del robo.

A la convocatoria que hice para el domingo llegamos 11 personas. Alguien se reirá, para mí fue una buena experiencia. Fue importante compartir con mis hijos el motivo de mi desacuerdo y explicarles que la libertad no es gratis. Se dan momentos en la historia que hay que defender y exigir a la clase política que cumpla con sus obligaciones. Que no hay que avergonzarse de expresar públicamente su desacuerdo y exigir públicamente que las autoridades cumplan con sus funciones. Este sábado y domingo hay convocatorias para manifestar nuestra indignación en la Plaza de la Constitución a las 11 y 10 am respectivamente. Hay que apoyarlos.