El ministro de Defensa, Ehud Barak, ordenó la suspensión hoy de la inminente transferencia de los cadáveres de 84 milicianos palestinos que se hallan en una tumba israelí hasta Cisjordania pocas horas antes de que los militares confirmaran la prevista entrega.
Barak dijo en una breve declaración hoy por la mañana que no deseaba que el acuerdo pusiera en riesgo los esfuerzos para lograr la libertad del sargento israelí Gilad Schalit, que fue capturado hace cinco años por milicianos vinculados a los líderes de Hamas en la Franja de Gaza.
Ni el ministerio de defensa ni en la oficina del primer ministro se informó sobre la razón por el abrupto cambio.
El lunes por la mañana, los militares dijeron que el primer ministro Benjamin Netanyahu había aprobado la transferencia de los cadáveres hacía varios meses.
Ninguno de los cadáveres había sido transferido antes de que se anunciara la nueva decisión.
Los palestinos murieron en enfrentamientos o ataques, inclusive en ataques suicidas contra Israel. Muchos murieron en la segunda revuelta palestina durante la última década.
El diario Yediot Ahronot insinuó que la indignación del público por la entrega prevista llevó a Barak a cambiar de opinión.
En ningún momento estuvo en claro si el acuerdo tenía la intención de ayudar a reanudar las estancadas conversaciones de paz o si la acción pudiese servir como un gesto de buena voluntad antes del sagrado mes de Ramadán dentro de la religión musulmana, el que comienza el próximo mes.
Hussein Sheik, el funcionario de la Autoridad Palestina que negoció la transferencia de los cadáveres con Israel, calificó la decisión de Barak como injustificada «porque nosotros no somos quienes capturamos a Schalit. … Al parecer, Ehud Barak fue objeto de presiones internas para que cancelara el acuerdo», agregó.
La Autoridad Palestina gobierna en Cisjordania y tiene poca influencia en Gaza.