Le Mans reabre eterno debate sobre seguridad


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La muerte del danés Allan Simonsen en las 24 horas de Le Mans tras chocar contra un muro de contención reabrió el eterno debate sobre la seguridad en el automovilismo.

Por A. Wester y M. Haupt
Le Mans /Agencia dpa

«Es preocupante. Habrá que repensar el asunto. En ese punto habría que asegurar las barreras con pilas de neumáticos», dijo el tres veces ganador de Le Mans Marco Werner.

   Simonsen es la primera muerte desde 1997 en Le Mans, pero es la víctima fatal 117 en las 90 ediciones de la legendaria prueba de automovilismo.

Nueve minutos después de comenzada la carrera, el piloto de 34 años perdió el control de su Aston Martin y chocó contra el muro de contención, en un sitio donde no se colocan neumáticos como barreras de protección. Simonsen murió en camino al hospital como consecuencia de sus graves heridas.

   El quíntuple ganador Le Mans Frank Biela defendió a los organizadores de la competencia que cumplió 90 años. «No creo que se pueda responsabilizar a alguien. En ese punto, por lo general no sale de la pista», aseveró.

Muchos de los pilotos en actividad no quieren manifestarse, pero aun cuando la noticia todavía no era oficial ya se escucharon las primeras voces de críticas a la seguridad.

La curva «Tertre Rouge», en la que los vehículos de la clase GTE llegan hasta los 170 kilómetros por hora, es parte de una carretera pública. Por lo tanto, en opinión de muchos observadores, además del muro de contención es necesario poner barreras de protección con neumáticos.

Como líder de la clase GTE-Am y en su séptima aparición en la competencia francesa, Simonsen se estrelló mientras corría la tercera vuelta bajo una ligera lluvia.

Según informaciones de dpa, el experimentado piloto, con dos podios en Le Mans, se salió la línea azul que marca los bordes de la pista y perdió el control de su bólido. No hubo participación de otro corredor.

   A pesar de que el auto estaba muy dañado, al principio no había señales de un accidente mortal. Durante aproximadamente una hora giró un auto de seguridad antes de que se retomara la carrera.

«Se trató lamentablemente de un accidente automovilístico clásico con un final fatal. No se le puede perder nunca el respeto al automovilismo. Es y seguirá siendo peligroso. El accidente de Le Mans muestra que siempre hay algún riesgo», dijo a dpa el presidente de la Asociación Alemana de Automovilismo, Hans-Joachim Stuck.

Simonsen era muy querido entre sus compañeros conductores. Su compatriota Tom Kristensen (Audi), a quien en un primer momento no se quiso transmitir la noticia, estaba consternado. El ocho veces ganador de Le Mans pidió que no se le mencionara el tema durante la carrera. En Dinamarca, la emisora de radio P3 cambió su programación al enterarse del trágico accidente.

Muchos pilotos expresaron su pesar por el incidente a través de Twitter, entre ellos los pilotos de Fórmula 1, Jenson Button, y de Audi DTM, Jamie Green.

«Allan era un conductor de carros deportivos muy talentoso y experimentado. Muy respetado por sus colegas y su equipo. Para muchos en el mundo de las carreras de autos deportivos, también era un buen amigo, a quien se le notaba su pasión por las carreras dentro y fuera de las pistas «, señaló Jean Todt, presidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA).

   El cuerpo de Simonsen ya fue entregado a los familiares para ser enterrado. El padre y el hermano del piloto estaban en Le Mans cuando ocurrió el accidente, mientras que su mujer, Carina, había decidido quedarse en su lugar de residencia -Mónaco- con la hija de ambos nacida en 2012.

Los otros cuatro vehículos de Aston Martin siguieron corriendo. «Su familia nos ha pedido que continuemos en honor a Allan, que sin duda hubiera querido», dijo el director del equipo, David Richards.