Queja policial


Editorial_LH

Es muy probable que la franqueza le salga cara al comisario Gerson Oliva por decir que desde hace muchos años los gobiernos tienen a la Policía Nacional Civil en el abandono; sobre todo porque su franco reconocimiento de los serios problemas que tienen por falta de armas para cumplir su deber fue hecho ante la bancada de Lider que, por supuesto, sacará raja política a esa valiosa información sobre falta de interés por dotar a la PNC de los insumos necesarios para cumplir con sus deberes ciudadanos.


La afirmación se produce justo cuando ocho agentes fueron asesinados en el interior de una estación de policía por delincuentes que entraron como chucho por su casa y sorprendieron a los elementos mientras se preparaban para dormir. Uno de los golpes más brutales perpetrados por elementos del crimen organizado en un abierto desafío a la autoridad, no sólo porque dejó en evidencia su enorme vulnerabilidad, sino porque envía el mensaje dramático y brutal de que con ese tipo de delincuentes la Policía no se tiene que meter. Y mientras pase el tiempo sin esclarecer el crimen, es obvio que no habrá entre los policías mucho interés por enfrentarse con quienes ya demostraron que pueden pasar sobre la fuerza pública con total tranquilidad.
 
 Aun si los agentes hubieran estado alerta, la diferencia entre la capacidad de fuego de los elementos de la PNC y la de los asesinos hubiera marcado la diferencia. Equipados con pistolas automáticas, poco pueden hacer para enfrentar a quienes disponen de modernos arsenales que incluyen fusiles de asalto y explosivos de alto poder.
 
 La apuesta del Gobierno ha sido a utilizar más a los elementos del Ejército, pagando millonarias sumas a la institución armada por el apoyo que le brinda a la seguridad ciudadana, pero sin invertir en mejorar la fuerza civil de seguridad que es esa Policía demasiado vilipendiada y que, en medio del abandono del que se queja su director general, termina en muchos casos corrompiéndose y dando la espalda a la población que necesita ser protegida de las distintas manifestaciones del crimen.
 Este gobierno fue electo porque ofreció enfrentar con mano dura al crimen y usarla para garantizar la seguridad de los ciudadanos. Sin embargo, la evidencia demuestra que la mano dura ha resultado por lo menos igual que la mano aguada que ellos veían en el gobierno anterior y se está haciendo evidente que ni la inteligencia ni la fuerza bastan para controlar la explosión de crimen que sufrimos. Nadie piensa en la justicia y el cese de la impunidad como alternativa y acaso, como diría Cantinflas, allí está el detalle.

Minutero:
Si no tienen ni pistolas
 tienen que verse muy parcos
 y no hacer grandes olas
 para enfrentar a los narcos