Los gobiernos europeos y africanos se organizan para luchar contra la inmigración clandestina en una carrera contra el tiempo, pues el Alto comisionado de la ONU para los refugiados (ACNUR) teme un verano (boreal) dramático para los migrantes en el Mediterráneo.
«Los países de origen, de tránsito y de destinación no deben seguir Eludiendo su responsabilidad. Sólo una asociación puede ayudar a erradicar de manera inteligente la inmigración clandestina», destacó el presidente senegalés Abdulaye Wade.
Desde julio de 2006, la Unión Europea (UE), a través de su agencia de control de fronteras, Frontex, y con el concurso de las autoridades de algunos paises africanos, organizó un sistema de vigilancia de las costas y de intercepción de los candidatos a la emigración ilegal.
Desde julio de 2006, esta vigilancia permitió interceptar casi 1.500 personas en Senegal, prinicipal punto de partida de los clandestinos hacia las islas Canarias (España), una de las puertas de entrada hacia Europa.
Más de 31.000 clandestinos llegaron al archipiélago en 2006, un verdadero récord.
Luego de acuerdos con las autoridades senegalesas para repatriar a los clandestinos, el gobierno español consiguió devolver a la mayoría de los indocumentados que desembarcaron en las Canarias.
En el Mediterráneo, la operación «Poseidón 2007» entre mayo y junio de 2007 permitió la intercepción de 910 clandestinos.
Sin embargo, el dispositivo Frontex, que comienza a dar resultados en el Atlántico, se enfrenta a la escasez de medios puestos a disposición por los miembros de la UE en el Mediterráneo, sobre todo en torno a la isla italiana de Lampedusa y en Malta.
Malta, de 400.000 habitantes, reclama una distribución en el seno de la UE de los migrantes que desembarcan en su territorio.
Esta idea es rechazada por el conjunto de los europeos, exceptuando España.
Esta situación llevó al presidente de la Comisión europea, José Manuel Durao Barroso a pedir mayor solidaridad de los Estados miembros de la UE.
Los Estados miembros deben «hacer más: tienen aviones, tienen barcos, tienen recursos que pueden poner a disposición de otro Estado miembro que tenga un problema específico», estimó Durao Barroso en una visita a La Valette.
En julio de 2006, la conferencia de Rabat reunió a 57 paises africanos y europeos para enfrentar los problemas de la inmigración.
En la ocasión, los participantes decidieron agregar al aspecto represivo una dimensión de ayuda a la creación de riquezas en los paises de origen y para facilitar los procedimientos e inmigración legal.
En una visita a Dakar el 23 de junio, el ministro español del Interior Alfredo Pérez Rubalca, acompañado de unos treinta empresarios españoles, anunció la creación en Senegal de unas treinta «escuelas-talleres».
El objetivo de ésta es dar una formación profesional a jóvenes que deseen viajar legalmente a España.