Cinco militares de EE.UU. mueren en Irak


Saldo. El general de división del Ejército de EE.UU. en Irak, David Zabecki, saluda al cadáver de uno de los soldados muertos durante la guerra.

Cinco militares estadounidenses murieron en una nueva emboscada en Irak, donde el ejército detuvo a 26 personas en una serie de operaciones contra la «cúpula» de la red terrorista Al-Qaeda en el paí­s árabe.


Los cinco militares fueron blanco de un atentado con bomba durante operaciones ayer en el este de la capital. Poco después del ataque, la patrulla fue agredida con disparos de armas ligeras y cohetes. Siete militares resultaron levemente heridos.

Estas muertes elevan a 82 el número de militares estadounidenses que perdieron la vida en Irak en el mes de junio y a 3.559 los fallecidos desde la invasión del paí­s en marzo de 2003, según un recuento de la AFP basado en cifras del Pentágono.

Las nuevas bajas coincidieron con un llamamiento del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, que pidió a la opinión pública tiempo para que su estrategia en Irak funcione, ante la impaciencia creciente en el paí­s, incluso entre sus partidarios republicanos más próximos.

«En este momento, estamos al principio de todo de la ofensiva», afirmó el presidente estadounidense, al subrayar que el despliegue de 30.000 efectivos suplementarios en Irak no se habí­a completado hasta este mes.

Bush aseguró ver «signos de esperanza» en su estrategia y citó como ejemplo la toma de control de Ramadi, en la provincia de Al Anbar, hasta ahora en manos de Al-Qaeda.

En esta provincia el ejército estadounidense anunció el viernes el arresto de 16 individuos sospechosos de estar vinculados con un «importante lí­der de Al-Qaeda en Irak».

Tres otros activistas murieron y otros diez presuntos militantes de la red de Osama Bin Laden fueron detenidos en operaciones en varias provincias, agregaron las fuerzas militares.

«Seguimos centrándonos en la cúpula de la red terrorista, así­ como en los responsables de ataques mortí­feros», explicó el teniente coronel Christopher Garver, portavoz del ejército.

Por otro lado, un ataque con bomba se produjo este viernes contra un oleoducto al sur de Bagdad que ardió en llamas.

«La bomba estaba colocada bajo el oleoducto en Muweilha, cerca de la ciudad de Iskandariya», precisó el teniente Mohamed Husseini, de la policí­a local.

Por otro lado, el lí­der radical chií­ta Moqtada Sadr pospuso la celebración de una manifestación prevista en principio el próximo 5 de julio en Samarra (norte de Bagdad) para protestar contra la destrucción de un mausoleo en esta ciudad de mayorí­a sunita.

El acto fue anulado por el momento «porque el gobierno dio marcha atrás en sus promesas», declaró el imán chií­ta Assad al Nasiri, en la plegaria del viernes en Kufa (sur de Bagdad), en alusión principalmente a la falta de seguridad en la carretera que lleva a Samarra.

El gobierno iraquí­ habí­a instado el jueves a la comunidad chií­ta mayoritaria en el paí­s a ignorar el llamamiento de Sadr, al afirmar que «todaví­a» no se habí­an tomado las medidas de seguridad necesarias para llevar a cabo la manifestación.

El movimiento del clérigo radical ha arremetido en repetidas ocasiones contra el gobierno del primer ministro chií­ta Nuri Al Maliki por no reconstruir el mausoleo, gravemente dañado por un atentado cometido en febrero de 2006.