Polonia construye museo histórico judí­o


La primera piedra de un ambicioso museo sobre la historia de los judí­os de Polonia fue colocada esta semana en Varsovia, ciudad que era, antes del Holocausto de la Segunda Guerra Mundial, la primera urbe judí­a de Europa.


Durante la ceremonia, el presidente polaco Lech Kaczynski firmó el acta de creación del museo, que ilustrará casi mil años de presencia judí­a en Polonia.

«Durante 900 años nuestras historias se han entremezclado. Hubo periodos mejores y otros menos buenos. La historia de los judí­os polacos es parte de mi paí­s, de mi nación. Es una historia que merece ser conmemorada», dijo.

En 1939 habí­a unos 3,3 millones de judí­os en Polonia, de los cuales 400.000 viví­an en Varsovia. La comunidad judí­a representaba un 10% de la población del paí­s y un tercio de la de la capital.

El museo va a ser construido en el centro histórico de Varsovia, frente al monumento levantado en recuerdo de los héroes de la insurrección de 1943.

Antes que dejarse matar sin resistir, unos cientos de jóvenes judí­os atacaron a los nazis con armas de fortuna y opusieron una resistencia encarnizada, ante la estupefacción de los agentes de las SS (organización militar y de seguridad del Partido Nazi). Después que fueron aplastados, el barrio del ghetto, donde fueron encerrados casi 590.000 judí­os al comienzo de la guerra, fue completamente arrasado por los nazis.

El museo, cuya, construcción debe comenzar a comienzos de 2008 y durará dos años, ambiciona ser uno de los tres grandes museos judí­os del mundo, al lado del Yad Vashem de Jerusalén y del Memorial del Holocausto de Washington.

El proyecto está financiado por donadores privados y fundaciones alemanas, así­ como por el gobierno polaco, la ciudad de Varsovia y la Unión Europea. El costo de la construcción es calculado en 25 millones de euros.

El museo, de una superficie total de 18.000 m2, albergará una exposición permanente interactiva que trazará, en ocho salas temáticas, la historia de los judí­os en las tierras polacas.

Los visitantes descubrirán primero la llegada de los judí­os expulsados de Francia, Renania y, luego, de España, y el desarrollo de una presencia floreciente hasta el periodo comprendido entre las dos guerras mundiales. Las últimas salas estarán consagradas al Holocausto y la posguerra.

«Será un museo de la vida, que servirá para el diálogo y para el futuro», subrayó su director, Jerzy Halbersztadt, que espera que medio millón de personas visiten cada año el nuevo centro.

La creación de este museo en Varsovia es «un éxito tardí­o, ya que el museo de un pueblo que ha vivido en estas tierras nueve siglos debió ser creado antes», señaló el presidente polaco.

«Más vale tarde que nunca», exclamó por su lado el gran rabino de Tel Aviv, Meir Lau, nacido en Polonia, antes de agregar que espera que el museo «transmita la herencia de los judí­os polacos a las generaciones futuras. Es una deuda que tenemos con nuestros ancestros».