Siguen bien los diálogos de Taiwán con China, pero…


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La recién pasada semana fuimos invitados a almorzar en elegante restaurante de la localidad con el embajador de la República de China Adolfo Sun y, cuando degustábamos opíparas viandas, escuchábamos las declaraciones del distinguido diplomático sobre el incidente marítimo que se registró entre un barco artillado de Filipinas y un pequeño pesquero taiwanés, con saldos lamentables.

Marco Tulio Trejo Paiz


Más adelante ampliaremos referencias atinentes al mencionado suceso que ha afectado, al menos momentáneamente, las amistosas relaciones que han existido entre los dos países del sudeste asiático, en el Océano Pacífico. De repente, puede estarse  a punto de mayores acciones. ¡Ojalá que todo pase sin que pase nada chisporroteante!…
Filipinas es un gran archipiélago formado por más de siete mil islas, y está densamente poblado. En la Segunda Guerra Mundial participó al lado de los aliados que hicieron frente a la Alemania nazi-fascista que pretendía lograr la dominación de los países de toda la redondez del globo terráqueo. Pero… ¡les salió el tiro por la culata a las feroces fuerzas armadas de la bestia nazi, bajo la férula del todopoderoso dictador Adolfo Hitler.
Pues bien, el embajador de Taiwán, pequeño gigante del sudeste asiático, prosiguió sus declaraciones durante el almuerzo en cuanto al encontronazo crepitante de los barcos filipino y  taiwanés.
Lo que inmediatamente expresamos a continuación sintetiza lo informado en buen castellano –con ilustraciones gráficas– por el embajador taiwanés, cuya gestión, valga decir, ha beneficiado a Guatemala.
Fue el jueves 9 del mes recién  pasado (mayo) que el  guardacostas  de Filipinas disparó toda una lluvia de balas al liviano barco pesquero de la República de China, por lo que lo averió y asesinó al modesto trabajador pesquero Hung Shih-cheng.
La reacción del gobierno de Taiwán, presidido por Ma Ying-jeou, no se hizo esperar. Utilizó los canales diplomáticos urgiendo una investigación respecto del ataque del artillado barco filipino que disparó repetidamente contra el diminuto e inerme barco pesquero taiwanés, pero el gobierno de Filipinas dio, virtualmente, la callada por respuesta… Únicamente  se limitó a deplorar lo ocurrido, pero no en la zona económica de pesca del estado filipino.
Oficialmente, Filipinas no ha dado una excusa formal al  régimen de Taiwán. Ha recurrido solo a los ambages y reticencias tratando de evadir responsabilidades legales; mas, en realidad,  ha conculcado lo que está pactado internacionalmente, incluso con la participación y el respaldo de las Naciones Unidas.
Taiwán, como Estado, exige en su reclamación que el gobierno filipino realice una exhaustiva investigación conjunta con Taiwán sobre el incidente marítimo; que presente formalmente excusas por el grave suceso; que dé amplias garantías de que incidentes como el aludido no volverán a ocurrir, y que se indemnice con justicia a la familia del pescador fallecido, Hung Shih-cheng, a la República de China y, también, que dé convincentes satisfacciones al ofendido pueblo  taiwanés.
Por de pronto, oportunamente el régimen taiwanés decidió suspender las relaciones con el de Filipinas, y ha adoptado otras medidas a tono con el ataque en mención.
Comentamos nosotros en torno a lo que ha sucedido contra los intereses y derechos de la República de China; todos los países isleños y de tierra firme del mundo entero llevan una vida alimentaria –unos más, otros menos–  con los mariscos, por lo que las agresiones como la que se produjo contra una diminuta nave pesquera desarmada es susceptible de degenerar en un conflicto que podría arrastrar o involucrar a otros países amigos de los contornos de Taiwán y Filipinas. Y eso, ¡eso!, recalcamos, es indeseable porque suscitaría una conflagración regional que quién sabe hasta dónde podría llegar!!!
 Fuera del tema específico, el embajador taiwanés  nos informó que los diálogos de Pekín con Taipei van progresando felizmente. ¡Ojalá que así sea!