Cada vez son más las voces que se escuchan respecto a lo atípico de estas elecciones generales, que no despierta pasiones, sino escaramuzas de bronca entre partidos políticos y sus candidatos presidenciales, muchos de ellos, en campaña desde el año pasado en busca de atraer la atención del electorado, sin que a la fecha, a 73 días de la cita en las urnas este nueve de septiembre, lo hayan conseguido, porque es muy alto el porcentaje de guatemaltecos que aun no han decidido por quién votar.
Ese porcentaje de indecisos, en la medida que el proceso electoral avanza, se va situando precisamente en los niveles de abstencionismo que han caracterizado a las elecciones generales anteriores. A 22 años de elecciones libres y democráticas, es lamentable que cuatro de diez guatemaltecos rechacen el sistema, probablemente, porque no se identifican con ninguno de los 16 candidatos presidenciales o simplemente porque la democracia no se ha traducido en la satisfacción de sus necesidades.
No es una campaña atípica, sino de mediocres
Carlos Montenegro, del Instituto de Investigaciones Políticas y Sociales de la Universidad de San Carlos de Guatemala, afirma que mientras las promesas de campaña sean históricamente las mismas, la participación ciudadana irá decreciendo como se refleja en los altos niveles de abstencionismo que ha caracterizado los procesos electorales anteriores.
Adicionalmente, sostiene el profesional de las ciencias sociales, que ninguno de los candidatos presidenciales ha tenido la capacidad de motivar a la población, puesto que sus propuestas son más de lo mismo, aunado a las grandes expectativas que generan dentro de un segmento importante de la población que demanda satisfactores sociales, pero que transcurridas las elecciones observa que su situación es igual o peor que antes.
Distinto a como creen muchos analistas políticos, Montenegro, afirma que estas elecciones generales son típicas, similares a los anteriores procesos electorales. Ofrecen más de lo mismo, no hay ninguna propuesta innovadora, que contenga elementos de cambio, tanto en el plano económico, como social y político.
Lejos de ser una campaña atípica, cree que es una campaña de mediocres con propuestas poco atractivas, porque ninguno se compromete a resolver problemas de fondo como la injusta distribución de la riqueza y los cambios que el país demanda para insertarlo en los mercados internacionales.
Respecto al voto de castigo que tampoco se refleja en contra del partido oficial, el sociólogo señala que no existe y comenta que en los medios de comunicación no se ataca a este gobierno perse, como durante el periodo del FRG, cuando hubo una campaña mediática para hacerle ver a la población que su voto había sido burlado.
La campaña política ha mejorado cualitativamente
La doctora Doris Cruz, de nacionalidad holandesa, pero guatemalteca de origen y quien coordina la cooperación que presta a nuestro país el Instituto Holandés para la Democracia Multipartidaria, cree en cambio que la campaña electoral ha mejorado cualitativamente, puesto que ahora los partidos políticos están proponiendo al electorado sus programas de gobierno.
«Es la primera vez que escucho que los partidos políticos están hablando de programas de gobierno integrales y no de propuestas aisladas. La Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), por ejemplo, presentó ante la opinión pública nacional e internacional su plan de trabajo, por lo que creo que cualitativamente se ha avanzado», sostiene Cruz.
Respecto al Pacto de Caballeros que el Instituto Holandés junto a otras instancias auspició para que los partidos políticos se comprometieran a realizar una campaña de altura en base a propuestas y planes de gobierno y fundamentalmente de respeto mutuo, pero que fue roto el pasado fin de semana por los presidenciables de la UNE, Patriotas y GANA, la doctora Cruz lamentó lo sucedido.
Señaló que el Foro de Partidos Políticos debió conformar una comisión específica para darle seguimiento al tema. Consultada la representante de los países bajos sobre lo censurable del comportamiento de los presidenciables Alvaro Colom, Otto Pérez y Alejandro Giammattei que intercambiaron epítetos de «mano aguada», «ladrón», «pendejo», entre otros, se abstuvo de comentar.
Sin embargo, vio con buenos ojos el llamado de atención que los medios de comunicación hacen a los políticos para que no pierdan la compostura. «Nosotros como cooperación internacional no podemos meternos en los procesos internos, pero si podemos apoyar sus iniciativas y catalizar los procesos. Les corresponde a ellos (los partidos políticos) responder por los acuerdos a que se comprometieron, subrayó.