Hacia un pensamiento alternativo y crítico


juan-jose-narciso-chua

En la misma línea de mi columna anterior, en cuanto el pensamiento conservador pretende establecer una sola línea de pensamiento; es decir, todas las personas deben pensar lo mismo y decir lo mismo, buscando que el ser humano se reduzca al manejo de un manual, de un protocolo, de un proceso iterativo de palabras y formas, siguiendo un guión de película, que lo lleva por expresar ciertas formas de pensamiento, que siguen cierto orden y que van a un objetivo común.

Juan José Narciso Chúa


Lo peor de todo, es que efectivamente muchas personas únicamente repiten lo que este pensamiento difunde e influye sobre lo que la mayoría de ciudadanos busca y justamente como un buen manual, no se pueden salir del orden, porque si no se pierden, ello hace más difícil convencer a personas para pensar diferente, para discernir distinto, para analizar alternativamente y para interpretar la realidad más allá de lo rígido y fundamentalista que implica seguir las líneas de un protocolo, que no tiene más que expresiones, que es superficial y que no permite profundizar en nada.
Porque adicionalmente a ser un manejo superficial de la realidad económica, política o social, como es “manualesco”, se convierte en un dogma, en un catecismo en el cual no cabe ninguna crítica, ninguna observación, ningún comentario o incluso una inocente pregunta, porque si ocurre algo así, no se tiene la capacidad de responder analíticamente, sino decir nada más: porque así es, porque así está escrito.  Nada más equivocado, nada más sesgado, nada más mal intencionado.
El ser humano tiene la capacidad de pensar, de razonar, de discernir, lo que implica comprender las cosas de una forma diferente e interpretar la realidad desde ópticas diferentes.  Si la capacidad de pensar es una de las condiciones que el ser humano tiene inmanente, es parte de su propio ser, nace con esa característica especial que le permite analizar e interpretar todo lo que tiene a su vista.
El pensamiento conservador persiste en inundar a la opinión pública que cualquiera que piense distinto de su manual es un opositor, es un antisocial, es un izquierdista, es un guerrillero, es un comunista.  Nada más alejado de la realidad.  La crítica social, política y económica responde justamente a la necesidad de visualizar las cosas de una forma diferente, pasa por pensar que si seguimos en esta línea de pensamiento conservador, vamos indefectiblemente al fracaso, estamos condenando a la sociedad a convertirlos en sujetos sin opinión, sin la capacidad de disentir, sin la posibilidad de criticar.
Todos los seres humanos son sujetos racionales y en el uso de esa razón es que se permite el derecho a pensar distinto, a visualizar la realidad más allá de la aparente.  La historia de nuestro país nos ha dejado un legado de un pensamiento conservador, de comportamiento criollo, de visión oligárquica, que resultan pobres y limitadas para las condiciones actuales de la sociedad y aún más para un futuro que se visualiza tan complicado y lejano del bienestar general.
Es necesario darse la oportunidad de pensar críticamente, aun equivocándose, vale la pena.