La Asamblea General de la Organización de Estados Americanos que hoy empieza en Antigua Guatemala no llegó a ser una Cumbre regional como algunos habían previsto dada la importancia del tema a debatir. En efecto, tomando en cuenta la enorme importancia que tiene el narcotráfico y la forma en que afecta la vida de tantos pueblos, cualquier esfuerzo serio por enfrentar ese problema tendría que ser objeto del máximo interés de las más altas autoridades de todos los países, pero no habrá Jefes de Estado que engalanen con su presencia la Asamblea que, por ello, queda como una más, una ordinaria Asamblea.
El caso es que conocidas las posturas de los distintos países sobre el particular, aun los que seriamente creen que se debe encontrar una nueva forma de atacar a los grupos criminales que negocian con las drogas entienden que la Organización de Estados Americanos no será el foro adecuado para resolver las diferencias ni, mucho menos, para facilitar un serio debate sobre el particular y por ello es que no hay gobernantes que quieran venir a ser parte del escenario montado para seguir entreteniendo la nigua.
Nunca ha habido una Asamblea General de la Organización de Estados Americanos que termine adoptando una resolución contraria a los intereses norteamericanos y ésta no será la primera. La presencia del Secretario de Estado, junto a sus colegas cancilleres de la región, es garantía suficiente de que todo se mantendrá en los límites esperados y que en consecuencia fuera de uno que otro discurso atrevido que pueda producirse, no habrá ningún acuerdo ni mucho menos resolución que ponga el dedo en la llaga. Habrá una, eso sí, que inste a mantener abiertas las posibilidades de estudiar nuevas formas, lo cual resulta cajonero dentro del procedimiento diplomático cuando se tiene interés en eternizar debates sobre asuntos que por peliagudos no conviene encarar de manera frontal y directa.
Para nuestro gobierno y para buena parte de nuestro pueblo, esta Asamblea tiene, sin embargo, una gracia especial porque saca del escenario los temas más calientes del debate nacional y hace que la opinión pública que opina y se mantiene enterada de los asuntos públicos, pueda centrar su atención en las informaciones que profusamente se generan y generarán sobre las intimidades y los debates de la Asamblea General de la OEA, aunque de antemano se pueda saber que tendremos, para variar, una resolución que, para variar, será insulsa, sin alusiones desde luego para la figura del Secretario General de la organización regional.
Minutero:
Los Estados americanos
permanecerán recatados;
muchos cosechan bananos
y por ello son maltratados