La Unión Sindical de Trabajadores de Guatemala (UNSITRAGUA–HISTÓRICA) condenó enérgicamente los asesinatos de campesinos cometidos en terrenos del Valle del Polochic durante esta semana.
De acuerdo con la información, el campesino Carlos Cucul Tot fue asesinado el pasado viernes en horas de la madrugada, por un grupo de hombres armados que fueron trasladados en un camión a terrenos de Campur Limite, de Panzós, Alta Verapaz.
Los compañeros de Cucul relataron que luego del crimen los desconocidos ataron con un lazo el cuerpo y lo arrastraron en el terreno, se supone que dicho acto inhumano fue para sembrar zozobra y terror en el resto de campesinos.
El terreno donde se cometió el asesinato lo reclama la empresa cañera Chabil Utzaj, pues tiene interés de arrendarlo para la siembra de caña de azúcar, destacó UNSITRAGUA-HISTÓRICA. Este hecho se suma al atentado armado que trabajadores de la Chabil Utzaj cometieron el pasado sábado en contra de cinco campesinos en terrenos de la finca Río Polochic.
Otra versión indica que la acción habría provocado la ira de los campesinos que detuvieron a dos de los atacantes, que resultaron ser agentes de seguridad de la empresa, a los que habrían asesinado a machetazos y luego quemado sus cuerpos. El ministro de Gobernación, Mauricio López Bonilla, dijo a los medios que ya envió al lugar un contingente de la fuerza pública para tomar el control e iniciar con las investigaciones.
La entidad sindical responsabiliza al gobierno por la situación de pobreza y hambre en la que viven miles de familias campesinas que se han quedado sin tierra para cultivar y sobrevivir, por el acaparamiento que de éstas hace la empresa cañera Chabil Utzaj.
La empresa dice que ha creado 900 empleos y que ha contribuido al desarrollo de Panzós, Alta Verapaz, con la producción de caña de azúcar, pero olvida que los habitantes de Panzós son más de 50 mil.
Los campesinos afectados forman parte de las familias de labriegos que desde 2011 fueron desalojados por la fuerza de varias fincas privadas del Valle de Polochic, en el norte del país, y que desde entonces solicitan al Gobierno les conceda tierras para trabajar y vivir, sin que hayan recibido respuesta.