Rincón LITERARIO



La claridad

Edgar Bayley

Me ha tentado siempre la claridad

Y la claridad se me ha negado a veces

Como un pájaro que vuela en sueños

Y cae y sigue cayendo sin volar como peso muerto

Me ha tentado siempre la claridad

Especialmente la claridad de las hojas del saúco

También la claridad del guijarro

Y de las ramas del abeto

Y la rápida y voraz claridad de una salamandra

He querido tener claridad para mirar

Los terrones del campo recién removido

Y para mirar también el mismo arado

Y el agua que se desliza lí­mpida por la acequia

Claridad he querido para recorrer tantos sueños

Y glorias y poderes y dispersas situaciones y gentes

Y para estar en el aire sin ausentarme del fuego

Me ha tentado siempre la claridad

De estar totalmente en cada flor

En cada herida o condena o semilla

He querido tener claridad para vivir

Y cuando al fin pude definir la claridad que yo buscaba

Advertí­ cuánto sueño y pulmón y roja tierra

Y confusión y olvido hacen falta para comprender claramente

Y estar aquí­ con total lucidez sentado a la vera del camino

Avivando el fuego bajo el cielo y el polvo de las horas

Y como me ha tentado siempre la claridad

Aquella vez cuando bajo un abierto y extendido sol

Comenzaron a encresparse las aguas de la bahí­a

Hasta adquirir un tinte violáceo

Y un gran pájaro surgió de repente de entre las nubes

Batiendo sus alas y revoloteando suavemente a su alrededor

Decidí­ que era el momento de arrojar estas palabras al mar

Porque la claridad que tanto he buscado

Sólo está en algunos silencios

En algunos espacios en blanco

Antes y después de unas pocas y triviales palabras